PAISAJES
sé que los únicos paraísos no vedados al hombre son
los paraísos perdidos...
J. L. Borges
LEYENDA
el Nautilus fue apenas
una flecha dorada
en el mar de las sombras.
Quise aprender de memoria
la ruta de las oceánidas,
pero sólo fueron leves estelas
tras la doble pupila
del cansancio.
Nada supimos,
hasta entonces...
Quizás crecer entre mujeres por ser único hijo varón, me dio una visión del mundo alerta a la sensibilidad, no una de un parpadeo tenue o una casualidad donde tenía que predominar la vida en rosa. Era una visión de la claridad en los jardines de una casa de campo, tan cuidados como si fueran los del jardín botánico nacional. Una madre que me llamaba a voces, y unas hermanas que me leían y cantaban, estrofas aprendidas de sus amores fugaces y de la soledad de un campo lejos del mundanal ruido de la ciudad. Trato desde entonces muy bien con las mujeres, puedo enamorarlas o entender ciertas zonas recurrentes de ellas que no deben ser tratadas con rudeza, y es casi mágico el poder hacerlo, porque son zonas del corazón que quieren ofrecer un tipo de sentimiento que no puede ser cortado de un tajo, es ir a mirar por dentro, sin que exista la oscuridad o algún mal presentimiento por ello.
Hacia las mujeres poetas tengo un don especial para, lejos de deslumbrarme, entender el por qué dicen la cosas de una u otra manera. Mayra N Delgado Novoa, tiene un libro bajo el título, Íntima Ciudad, que es también, esa parte de ella para confesar y descubrirnos con delicadeza, como la de una tejedora, que coloca los hilos con maestría, que no pretende llegar al lector con redescubrimientos, ni se lanza contra los versos como un tipo de caída de agua por un barranco, todo lo contrario; ella viene armada con una sencillez que gana, y con unos deseos bien delineados de entrar en una conversación agradable, con un sentido del tiempo y de los temas que trata, en la búsqueda donde los lectores podamos identificarlo. Terminado de leer su libro puedo dar testimonio, me atrevo y confieso que he jugado al diálogo con la autora desde esa zona en remanzo, donde uno repasa la lectura y se queda con el sentido atrayente de las buenas conversaciones, de lo que la autora, como dominio supo darnos, fuerza y lírica, sin percatarnos (porque no lo es) de tremendismos o modas, donde se gira y se juega con los filos de palabras que produzcan una cortadura u otra huella para que el lector no pase desapercibido: Mayra, no lo necesita, ella ha propuesto su estética desde el lado opuesto, incluso, lejos de el modo en el que yo escribo poesía. Cuando esto ocurre, así, sin torpezas, y con el logro de una lectura muy limpia y viva, admiro mucho más al autor. La suavidad, el lamento, o la captación de la belleza desde un estado de ánimo, convida y conmueve: sin esto, los versos del poeta serían letra muerta. Creo, en el logro de la poesía, en sus niveles de lectura cuando me lo provocan, (como es el caso de Íntima Ciudad ), incluso, sin esos giros a lo postmoderno, donde a veces, se juega a la suerte del eco de las palabras, como si la poesía no necesitara de ese feeling interno que es un sentimiento atrapado, que por suerte no obliga a la explicación, ni es un documento de identidad propiamente, aunque defina casi siempre la espiritualidad de su autor. Les propongo sentarla con sus versos al aire y disfrutar la lectura.
Juan Carlos Recio
NY/ Agosto 9 del 2010
De una máscara a otra
Siempre hay un yo penúltimo que pide...
O. Paz
I
Paso entre las imágenes
última sombra que pide
entre los mendigos de la oscuridad.
Desembarco en una ciudad dormida,
carnaval silencioso
que resbala en mis aceras
las suyas.
Hago un inventario de la noche:
las palabras el frío
y esta máscara de espuma
para conjurar
los demonios del sueño.
II
Sobre mi voz
otra voz
un eco crujiente,
quillas brumosas
embistiendo olas,
sordo rugido de arrecifes
bajo la espuma.
Bajo mi voz
otra voz,
un círculo interminable
de bocas y colas,
sibilantes centinelas
acechando al alba.
III
Este es el espejo,
del otro lado los pasos
los gestos
las palabras,
el sueño total
de un tiempo transcurrido
y eterno.
Esta es la puerta,
del otro lado los rostros
el corazón al pairo,
el mar oscuro e indiferente.
Estos son
el espejo y la puerta,
de este lado
el eco insondable,
la sombra
acaso nada.
DEUDAS
Ya lo sabíamos
antes de ser honda angustia,
arrastramos nuestras culpas como fardos,
nos detuvimos
en la exacta distancia
tras el horizonte.
Ya lo sabíamos
antes de pagar
a precio de usura
el remedo de ser felices.
Ya lo sabíamos
y, sin embargo,
ignorábamos
cuanta soledad
nos cabe en los ojos
de llegar
de partir
y no estar
y no habernos ido nunca.
TRIPTICO DEL MOULIN DE LA GALETTE
Pintura clásica: Moulin de la galette, tomado de la red
I
He traspasado la noche,
transgresora del sueño
soy la vestis scatata
insomne y lucida
que bebe sus versos
en este rincón oscuro
del Moulin de la Galette.
II
Estrujo el vaso triste,
nadie ha venido a compartir mi mesa;
sólo el girar de los cuerpos
las luces que no me tocan:
nadie para consolar
este Arlequín-niño que llora
la áspera ternura
de las manos de su padre,
las claras tardes lejanas
el mar grande y sonoro
batiéndole en el pecho
III
En este estrecho paso de vida-muerte,
del otro lado de la mesa
soy el equívoco Narciso sin estanque,
un alter ego
el enigma inconcluso,
la máscara
el espejo,
un sordo exorcismo de palabras.
INTIMA CIUDAD
Dibujo tomado de la red
Una mujer es una isla,
un espectro gentil rezumando mareas
un largo carnaval rebosando las aceras
de su íntima ciudad.
Una mujer descalza sus aromas,
se deja soñar transparente y lúcida,
dispersa en el rastro de algas
que deja su corazón
en la tibia arena de la tarde.
Una mujer sueña
la inmortalidad de los peces
el suave follaje de sus plantas
su casa
más allá de las sombras,
el golpear de las olas
junto a la verja.
Una mujer reposa su soledad
como una promesa,
acomoda su silencio
y simplemente
espera.
La Habana, 4 de diciembre 1991
POETA TENDIDO*
tomado de la red (Poeta tendido, de Marc Chagall)
Voy a salir al campo
es tiempo de la luz
(alguien escribe por mí los versos
en la hierba que crece bajo mi espalda)
sueño entre las margaritas
tal vez desangro un arcoíris
rara avis, mi mano...
Quién sabe de maravillas,
quién me va a despertar de este sueño,
quién me dibuja sobre la hierba
entre las nubes
bajo el agua
en la ambigüedad del verso.
Acaso soy este delirio...
Que nadie venga a romperme el paisaje,
quiero colorear este universo por siempre .
*Título de un cuadro de Marc Chagall
BALADA DEL ITSMO
Del otro lado del túnel
está el sueño,
fantasía cromática,
señales ambiguas
que trastocan referencias,
puntos cardinales.
(Los beatos
han invadido el templo
vestidos de mercaderes
y en cada una de sus balanzas
se ofrece
a precio de remate,
un pedazo del corazón de Jesús).
Pero nosotros,
pobres criaturas de esparto,
no pudimos volar,
no alcanzamos remontar la arena,
áureo polvo de la tarde
con esta vocación de raíz
obstinada y lúcida
en nuestras plantas.
De este lado del túnel
está la espera
el silente film
en blanco y negro,
la dimensión intemporal
del espacio,
la espiral sin límites
del tiempo.
EQUINOCCIO I
ilustración de Alberto Lescay
Sombra y luz,
tu cuerpo.
Sombra y cuerpo,
mi luz
Luz y cuerpo,
mi sombra.
EQUINOCCIO II
I
Estoy ardiendo al final del día
gravitando
en la exacta distancia
entre tu cuerpo y la nada.
II
Soy un destello
entre la luz y la sombra,
una hoja breve
descendiendo sola
por la línea infinita del agua.
III
Me desnudo
y entro a tientas en la noche
acaso voy en busca del alba.
CÍRCULO INCONCLUSO
Diciembre agoniza bajo el retablo,
lo sabe esta púrpura marea
que me golpea los límites.
No hay nadie alrededor de la arena,
solo mi dedo marcando círculos de vida,
incomprensibles mensajes que no alcanzo,
signos que voy borrando con el aliento,
senderos que va tragando la selva
tras mi paso.
Puedo despertar y ser la sombra,
acaso no llegar al final de este giro.
Ah, si no estuvieras tú para alcanzarme!
ONIRICA DE INVIERNO
Una visión
ha marcado el cenit
de mis deseos;
cierta humana locura
me sacude,
y dentro de mis párpados
se engendran
caballos salvajes,
crines a contra-viento,
pechos agitados
que se desbocan
sobre la dulce sabana
de los anhelos;
una pálida lluvia
se desliza tímida
entre mis dedos
mientras la noche me halla
desnuda
oscura
distante
sentada al borde de mis pasos
dando de comer
a las raras aves que rondan
los muros sin límites del sueño.
ONÍRICA ABSURDA
la estrechez del ángulo
retrocedo
tanteo,
es la luz
acaso la sombra;
bojeo las costas,
avisto playa
me detengo
levo anclas
espantada;
un sutil reflejo
casi luna,
el pavor de un paso
hacia la niebla;
trémula
indecisa
descorro los naipes de la escena
en las tablas
un triste clown
lentamente
me devora;
salto al vacío
despierto húmeda.
CON LLUVIA Y SIN SENTIDO
Se me escapa la tarde ajena de la mano que retiene inútilmente el
agua. Ha vuelto Charlot remendando su traje bajo las violetas,
descosiendo el sueño de su pañuelo, batiendo el ala que le cuelga
de su manga rota.
una habitante de las hojas
me ha cortado el círculo del aliento
Pero él lo sabe, intuye la leve alevosía de sus alas: los pétalos
son el sueño roto, un resplandor de sombras sobre las palabras
que gotean lentamente en su espalda.
un dulce asesinato de ternura
Se me escapa la tarde presa del sueño que me descose el alma,
mientras Charlot, entre las hojas, se esfuma en el doble espejo
inconsciente del agua.
LABERINTOS
Y parece como que se escapa de los versos, escondiendo sus heridas, un
alma sombría...
Jose Martí
LUNA NEGRA
Ya lo sabías
antes de ser un lúcido espectro:
el paraíso puede ser un sueño lejano,
un contrabando de húmedos adioses
un espejismo de resplandores fatuos.
Ya lo sabías
y también lo adivinaba tu corazón
de rabiosa espuma,
las margaritas truncas de tus dedos,
tus pasos sobre las huellas borradas del agua.
Esta noche, Lilith
dejo mi corazón en otra arena
y vuelvo a ser la desertora del paraíso
la negra luna escondida
el arco que falta
a la esfera inconclusa de la sombra.
VIENTO DE CUARESMA
para Minerva, por supuesto
Trazo con el dedo
una flecha de sal
sobre mi sombra,
dejo caer
una
a una
las monedas
que el viento arremolina
tras mi espalda:
cara o cruz no es el juego,
sino esta piedra mansa
sobre mi palma,
este vórtice oscuro
donde pierdo la mirada.
La tarde puede ser un precipicio,
el círculo de fuego,
una mágica hondura
llamándome
a la vuelta del silencio.
OPTIMISMO APARTE
Los ahogados claman
por una brizna sobre su cuerpo
y heme aquí
reclamando tierra
desde la tierra,
regalando mi corazón
en las subastas,
dibujando ventanas imposibles,
fundando ciudades
que no ha de habitar
persona alguna;
ah, la trampa de los días,
torcidos ríos
espantados del mar,
círculo eterno
en que pierdo los cristales.
EL EQUILIBRISTA
Foto cortesía de aristides Vega Chapú
Sólo la cuerda,
yo,
y estos dos abismos
que se me abren
a medio centímetro
del miedo;
frente a mí,
la cuerda infinita
y este paso
que puede colocarme
al otro lado del espejo.
Sólo un salto suicida
me salvará del aplauso.
RULETA RUSA
Tomada de Revista Umbrales, santa Clara, Cuba.
Desciendo del miedo
hasta el doblez
de mi asombro.
Una vuelta
y el envés de mi palabra
ya amenaza
la espiral infinita
de mi esencia.
Hace falta
un ojo
que apunte
y no falle;
hace falta
un dedo
que oprima
y no tiemble.
Temo por la balanza
y esta oscura certeza
de hallarme desnuda
al filo del desconcierto.
AGUA NEGRA
I
Van despertando los demonios de la tarde,
atónitos bostezos flotando sobre dados de espuma
Es hora de la marea,
el tiempo justo de las aves nocturnas
temblando de frío
en algún rincón del puerto.
Las luces se derraman,
se pierden
se ensucian
en este corazón de oscura agua
corriendo
viva
a los pies de Cristo,
que muere de su blancura.
Ah! la lenta, triste huella de los marasmos,
rastro de algas moribundas
que me circula
los límites de la luz.
II
Se abre la noche
más noche que otras
y que otras
húmeda de mi,
de esa profunda agua negra
que cae de su aliento como un lento caracol
desde otros pasos,
desde otro tiempo.
Puedo enjugarme la cordura,
creer este invento de locos,
saltar de mi silla gritando
encore!… encore!
Pero no me queda ya tiempo
para comprar espejismos,
acaso no me quedan ganas de leer
la crónica del espectáculo
al siguiente día.
III
"To be or not to be…".
el príncipe, enlutado y triste
echa a rodar su calavera.
CIRCULO CERRADO
foto tomada de la red
Ha cantado el cisne
o tal vez sueño
la agonía de sus plumas,
la dulce piedad de sus ojos
en lento vuelo hacia la noche,
sus alas
batiendo alas contra la ventana cerrada,
rompiéndose contra el cristal,
como el eco de ese canto
que otra vez escucho
en esta vuelta irreversible
al mundo de las sombras.
ALTER EGO
Nadie supo escampar
el rocío singular de su tristeza:
tendrían que haberse olvidado los espejos
de esta rara estatua de cera,
suerte de mujer-insecto,
rauda estela
en la luz trasnochada del insomnio;
habrían tenido que abortar
su torpe delirio alucinado,
los peces transparentes de sus ojos,
su breve esparcir de hojarasca
sobre las piedras.
Nadie sabe el rumbo
de las enfebrecidas luciérnagas
que huyeron de su mirada,
de los pasos que la llevaron
más allá de la noche,
disuelta
en la música
casi tangible
de las palabras.
Mayra N Delgado Novoa, (Trinidad, Cuba). Graduada de Derecho en La Universidad de La Habana. Ha sido premiada en los concursos: Pinos Nuevos (1994), y Lourdes Casal para escritoras cubanas residentes en Cuba y el exterior (1996). Algunos de sus textos han sido incluídos en las compilaciones, " Silvio: te debo una canción" (2005) y Un canto de mis ojos nace (2007). Actualmente vive en Milán, Italia.
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2 comentarios:
Salvador V Guerra ya me lllevo algo a mi pared, versos buenos, mucho que decir es que a tu forma dialoga con nuestra lectura...aquello de ..el mar grande y sonoro/batiéndole en el pecho....ese de ...El arco que falta la esfera inconclusa de la sombra...la serie Equinoccio, con lluvia y sin sentido, viento de cuarezma..pero la dedicada a la Dulce(literalmente)m. Loynaz es maravillosa, gracias de nuevo amigo...
Jota Recio, estos son versos que me cuadran. Por supuesto que he de llevarme uno para subirlo a Fernandina. Un abrazo y gracias por invitarme a leer estos buenos poemas
Denis
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