miércoles, 14 de octubre de 2009

Nivia de Paz: Me saludo mortal y me retiro





Está mujer que a veces es un delirio, un dolor de algo que puede sorprendernos, tal vez una quimera, es desde muchas otras propuestas, una Diosa esquiva y simple, que alguna vez fue una reina de belleza; pero también un ser humano que ha sufrido en breves ratos de cordura, el resto del tiempo, ella es como sus gatos, dando vueltas entre el jardín y sus cuadros, el del carnaval, el de las máscaras, todo desde su visión primitiva y ancestral de ver lo que le rodea. Pero, sus cuadros han sido expuestos en muchas galerías dentro y fuera de Cuba, sus poemas, apenas recopilados unos pocos y publicados por la editora Capiro del centro de Cuba. El correo generoso me lo trajo y alguien que no firma da una valoración muy acertada de su poesía y cito: Una aguzada vulnerabilidad es la responsable de que en los textos de Me saludo mortal y me retiro no se ausente ni la añoranza: quizás podría haber brillado/ y alguien a mi abrazo florecería, ni el tono lúgubre: todo tiene negras heridas/ también yo, ni la liviana mansedumbre: allí estaba ella moviéndose/ en tres ramas hechas a su medida.

Esta afluencia de emociones disímiles lleva tanto al sujeto lírico como a los recursos expresivos a momentos de tensión extrema que, sin embargo, no impiden que la belleza formal tenga como centro aglutinante la sencillez.


VII.

Quieren compararme conmigo
y no es posible:
muchas conciencias
enrédanse en la mía
y ese movimiento
no cabe en mi cabeza.
Solo en el momento
en el que comprendo y creo
soy una bestia completa.

IX

Mi padre se desorienta,
mi madre habla de su espíritu
para dominar las dificultades.
Yo pienso que esta realidad
es mucho más compleja.
Ambos están defraudados;
yo soy tan buena como hubieran deseado
pero todos lloramos sobre los otros.


XVI

Han ido pasando
>> las puestas en escenas>>
de nuestro amor.
Y le temo a este final
en que no queda nada de la vida.
Aquí quedo yo sin siquiera
una aventura del corazón.
Y mi nostalgia se dispara
hacia esas ventanas
iluminadas.

XXIII.

Volver a la hora exacta del olvido
al portal _pasen_
a la deshabitada casa
al regazo de piedra y las vidrieras de oropel
decorado falso
aquí nada pasa
noche de espejos
giro por giro llenan el aire
las más cuidadas máscaras
las volutas de humo
pasajero.
Mendigo ágil de los pies descalzos
Que vuelve a contemplarse en la oculta infancia
En el sabor de las calles ociosas.


Tomado del Libro Me saludo mortal y me retiro. Nivia de paz(1940) Editora Capiro. Poeta y dibujante. Graduada de Derecho Diplomático y consular. Ha publicado poemas en Signos, Vanguardia, El Caimán Barbudo y la Gaceta de Cuba.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Nivia de Paz, una mujer inteligente que he visto fotos de ella en alguna revista sobre su pueblo, en auto descapotable peina estilo los 40 y bellisíma, ahora su poesía, increíble, me gustaría ver sus pinturas, alguien me comento de su cuadro sobre el carnaval, que es muy bueno. Buen blog, buen comienzo.
Eduardo Rodriguez.