Si fuera pensar y
no existir
recuerdos del recuerdo
cómo se vivió en lo ya pensado,
aquellas vidas que al pasar
no desaparecieron
y desde la mente nos evalúan
intactas:
personas que fueron
igual a esos amores pensados para vivirlo.
Reales en trazos
ajenos a sus clarividencias.
Sin entender que se perdían
por esas vidas
de otros amores en otros cuerpos
a los que pusimos también a vivir
en función de todo eso.
Si fuera lo que se pudo imaginar
las actuantes simples del resplandor
de esos amores que fluyen
unas perfecciones sin que olvidáramos
cómo se verán sus latidos
cuando a la hora de la muerte
imaginen la belleza de sus rostros
como un crimen.
Si fuera decirlo con encanto
y colocar las palabras en sus piedras
pensadas con la exactitud
de lo mínimo donde nadie
miraría por ejemplo:
un charco no visible de saliva
sobre un borde del labio menos mordido;
si de verdad fuera lo imposible
ninguno de los amores creados
pudieran asumirse por compasión
en algunas de las formas
donde ignoran por crueldad su derrota.
NY/ 26 de noviembre del 20011
5 comentarios:
este es muy bueno juan carlos, la derrota y la compasión, esas cosas que deberían ir juntas, casi nunca lo hacen, más bien se repelen y separan, porque el que derrota normalmente supone que la compasión haría menos grande su victoria, gracias por este texto, un beso, sonia
Hermoso poema Juan Carlos. Me ha gustado mucho.
Saludos,
Sin entender que se perdían
por esas vidas
de otros amores en otros cuerpos
Muy bueno esto, y muy bueno el poema.
Sin entender que se perdían
por esas vidas
de otros amores en otros cuerpos
Muy bueno esto, y muy bueno el poema.
Viera
Por facebook
Se perdió la espacialización, tal vez, pero no el bello y profundo contenido...gracias Juan Carlos Recio, un abrazo!
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