lunes, 19 de septiembre de 2011

Verdades que el tiempo ignora





(para comprar el libro haga clip en este enlace)


 La lectura a mis contemporáneos me ha permitido no juzgar basado en cercanías tanto de estéticas como en la forma de plantear el concepto de lo que se quiere comunicar, y sin que el estilo necesite ser novedoso. A veces conviene un poco de hojarasca, sentir al poeta que en su búsqueda equilibra su dominio de la palabra y el adaptarse a una forma mas sincera con su poética. En ese sentido lo original no tiene por qué crearnos una expectativa que pretenda sublimizar el efecto del logro de la propuesta, mejor es cuando uno conoce al poeta por su espiritualidad mucho más que por un rasgo físico o de carácter.

 Con Ihosvany Hernández me ha sucedido cuando camino junto a sus versos, y siempre me sorprende de un poeta que sin alejarse de su manera de comunicar, no cae en reiteraciones, ni regala ese tiempo donde él sabe crear la atmósfera que queda después que ha cantado los sentimientos, y después que ha vivido para contar lo que ve o le llega, sin que uno necesite perfección o tonos que luzcan gestos estridentes; tampoco da giros para llamarnos la atención.

 Me gusta —lo he dicho antes— cuando el poeta sabe ofrecer y llegar sin esas piruetas o corte al lenguaje, que cuando quiere caer a filosofar sobre una idea, el tema no sale reflexivo y seguido usa otros versos de puentes y se aleja como una corriente de aire que destruye el contacto con nuestros sentidos, esto suele ser común mucho más de lo debido, y ocurre con la misma frecuencia con la que muchos tratan de escribir como si nos repasaran las leyes de lo que es la poesía, algunos alcanzan una perfección en la forma y se consideran poetas logrados por esa limpieza de logro formal; pienso que por suerte para Ihos, él explora más con el discurso y lo hace con el instinto y la inspiración de sentar sus temas, sin que reflejen un estado de locura que necesita ser lanzada, al contrario, domina muy bien la fuerza con la que carga los motivos de contextualizar, como uno de esos boleros que le cantan al sentimiento y hacen catarsis de inmediato con el receptor.

 También, maneja lo referente a las aproximaciones de sus lecturas con mucho acierto sin que fuerce a que sea una traslación de lo que lo inspiró, es una propuesta que hace ruptura de todo lo que llega externo o ajeno al sentimiento donde el poeta se expresa sin ataduras, como tal lo considero mucho más sensible, e intimista; hecho que tal vez lo aleja de muchos de los que llaman novísimos, también, por una suerte de ser operativos en ese campo de constante referencia a los clásicos, a nombrar mucho de lo que el boom literario en ese momento mueve, y que por lo general tienden a repoblar sus textos, como son: excesos de intertextualidad, y caricatura de personajes y autores a los que muchas veces se ha llegado por lo que escriben terceros al respecto, sin que se note una lectura que refresque el uso de esos motivos literarios. Ihosvany, aún con su carga de estos tiempos de post-modernidad, sin que se excuse por ello, no cae en esos abusos y se muestra muy equilibrado al respecto.

 Miremos entonces, como a veces queda en la ciudad los reflejos que deslumbran los charcos después de la lluvia, con sus voces, figuras y siluetas que dan vida a la belleza y que no necesita dejar de ser cotidiano para asomarnos. Cada ciudad tiene su árbol, y su elegancia; cada poeta un alma que exponer. Ihosvany Hernández, sin temor a equivocarme, sabe hacerlo con la suya. Disfrutemos de su poemario Verdades que el tiempo ignora, que nos llega publicado por Linden Lane Press, editado por Belkis Cuza Malé y con bellas ilustraciones de Daniel Zafra.

Juan C Recio.



SALVAR EL ORIGEN


mira el muerto danzar en su fonógrafo

insta al polvo a volver a ti
a ser arena

aura en tu coraza
el idilio concebido fue el engaño

une las mitades
el cinismo

se ha extendido como una ciénaga en tu voz y nadie sabe
por qué tardan los años en ser apresados en cuadernos

por qué
si hoy sientes la vida mucho más tangible

no puedes apresarla de un golpe
y pertenecer al lado esquivo de la verdad
con la misma astucia con que aprendes a olvidar

aquel bufón que ha indicado este precario camino.



VOY A ESCRIBRIR LOS MÁS TRISTE (SOLO) ESTA NOCHE



quedan algunas cosas por precisar. Definir, por ejemplo,

si en realidad el cielo está estrellado. Si es una confusión visual o es mi retórica

volviendo al amor como un bardo en Isla Negra

desafiando las edades.

voy a decir versos para que creas en mi labor

voy a escribir los más tristes (sólo y solo) esta noche

para que confíes en mi palabra amada (labrada).

si del algo sirve pronosticar lo que tendremos a cambio de tanto olvido o demencia

sobre los hombros o en los ojos

entonces

persistiré en escribir, verso por verso, como un itinerario

de lo que vamos abordando

porque es lícito sobreponernos al caos y renovar

cada estrategia conocida.


sorprende la pureza con que el cielo se ha tornado de luz. Un poeta escribe.

La palabra es un signo que a mis ojos advierto

cuando quedan cosas por precisar.  Decir, por ejemplo,

el cielo está pleno de luz y aguaceros

y a lo lejos  tu silueta emerge tras ciertas definiciones.

indefinida en mi objeción.


HOMBRE AFIEBRADO EN SU LECHO DE EXISTIR


he visto la fiebre colmando las plazas cuando algún gemido crece como árbol en medio

de mi lecho. Ah, oleajes prematuros vistos al anochecer. Aquí se tiende un hombre que

intenta romancear. Noche de adagio. La música de Corinto para un Marcel Proust se

hace epidemia al instante de pensar, maestrías que un hombre asume como el mejor de

los pecados, haciéndose venerar a la puerta de casa, mientras transitan adolescentes que

no se detienen ante la pesquisa del prójimo afiebrado en su lecho.



el hombre

penitente en su intención

escribe.



el menester siempre ha sido pernoctar en los suburbios del cuerpo. Aunar el amor al

instante en que no habrá regreso, instarlo a ser única alevosía. Fulminar la hora en que

vamos a ser fiel en un beso, fiel al páramo de siluetas como bosque desdeñando la

soledad.

un hombre desea su imagen y se hace de ella con toda la sublime intención que posee.

Salvar el rito es lo conveniente. Dejar la huella de luz es lo magnánimo. Yo idearé el

rostro en alguna plaza, e instaré a mitigar los resquicios que el corazón o la soledad

corrompen. Noche de adagio. La vida es fiel en un beso. Insisto en medio de este sueño

precipitado al bosque, a lo desconocido, a lo que creemos invicto cuando en verdad todo

es reflejo.


el hombre

busca su verdad para crecer en ella

y darse al mundo

mientras recapitula su estadía.

 he aquí entonces que hace de su silueta un precipicio donde adormecer la fiebre de las

plazas numeradas en el lecho de existir sobre el verso expectante y furtivo, que nos hace

luego cómplices. Ah, oleajes impensados del que escribe cuando algún soplo crece

como árbol en la fracción de este sueño donde el hombre engendra su destino. 

 _________________________

11 comentarios:

salva33125 dijo...

Versos que de hacen... imágenes que sientes en el rostro,,,gracias jc....recuerdo mi relación lector-autor con algún que otro porta..que desde entonces arrastro como parte de un equipaje

I. Hernández dijo...

Muchas gracias Juan Carlos por esta promoción que has subido a tu blog. Gracias por las buenas ideas.

Abrazos,

gel dijo...

Muy contento, ¡contentísimo! de ver esa portada tan linda y ese hijo de Ihosvany!!!
Considero a Ihosvany un buen poeta y he tenido el gusto de apreciar y seguir algo de su desarrollo literario. Me encantan los versos seleccionados que, por sí solos, premian, aún más, a este bardo y compadre. Muy contento, repito, como si el libro fuese mío!!!
Gracias Juanca por traernos siempre alegría! Felicidades Iho, por tan magnífico libro.

Gelico

I. Hernández dijo...

Gelico:

Gracias por ese hermoso mensaje. Pues sí, ya hay un hijo, con linda cara, digo, con linda portada. Ahí ya anda gateando el fruto de la creación: el libro.

Compadre, amigo, Gélico, muy contento por lo que dices aquí.

Gracias, y recibe un fuerte abrazo de este bardo en montreal,

Ihos

Loca del blog dijo...

Aunque generalmente no leo poesía, prometo romper mi inconsistencia y hacerlo con el libro de Ihos, sobre todo por la cercanía de ambos al vivir este insilio, exilio...¿o pesticidio? Montrealés.Felicidades!!!

I. Hernández dijo...

Estimada Loca del Blog:

Muy simpático tu comentario. Me alegra saber que romperás la inconsistencia para adentrarte en ese mundo (poético) en e que, según dices, generalmente no entras. Gracias por dedicarnos un tiempo y dejarnos un comentario.

Gracias,

Ihos

I. Hernández dijo...

Roberto,

Gracias por su extensa preocupación. A todas luces demuestra usted alguien muy preocupado por la literatura, la gramática, y hasta por el libro, que es toda una fiesta. Imagínese, un primer libro. Con defectos que le hacen efectos, pero ahí queda. Y muy contento estamos con la edición.

No se preocupe, duerma tranquilamente. No nos podría aguar la fiesta. Es demasiado el verso que usted, seguramente, desconoce.

Saludos,

Ihos

Manuel Galguera dijo...

Muy bueno tu libro, tus poemas escritos para los que le gusten, como a mi y los pueda disfrutar; el libro muy bien editado y por una editorial de prestigio,te felicito y me uno al excelente escrito de Juan Carlos.
Y del comentario anónimo de "Roberto" solo le puedo decir una frase de Martí "...criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida..."
Felicitaciones y mis saludos
Manuel Alfredo

jinny dijo...

Felicitaciones Ihovany por "Verdades que el tiempo ignora". El libro estructura el grito y la poesía revienta contra la petulancia...
Gracias Juan Carlos.
Saludos
JZ

I. Hernández dijo...

Muchas gracias, Manuel, por tus palabras. Me alegra saber que disfrutas de esas "Verdades que el tiempo ignora".
El poemario es una especie de regalo "venido de manos de Dios", porque realmente se hizo con toda la buena intencion de un grup de buenos amigos, y excelentes artistas cubanos: solo hay que mirar la portada: la obra de Zafra: y el trabajo que hizo Belkis Padilla.
Y como siempere digo: La poesia se hace para disfrutarla como se goza de la musica. Y dejar que la propia melodia nos ponga a preguntarnos cosas como: aquella del canario amarillo que tiene el ojo tan negro...

Saludos,
Ihos

I. Hernández dijo...

Jinny:

Gracias por tu mensaje. Leer mensajes como los que aqui he ido leyendo desde que Juan Carlos subio el post, me ha "insipirado" bastante. Un nuevo poemario nace.
La poesia, Jinny, revienta por sus (4) costados contra la petulancia. Cierto. Y celebra la belleza de cada tiempo, y nos une, y nos coloca frente a frente, y nos hace mejores... en todos los instantes, desafiando la inclemencia de algun intolerante.

Saludos,
Ihos