Iba a despedir agosto
Como uno se despide del calor
Que es la entraña misma de sentirlo.
Y porque es imposible hacerlo con los amigos
Aunque algunos sean la ceniza
Y otros un puerto de entrada al regreso.
En las horas grises
Cuando mejor nos padecemos
Y otros un puerto de entrada al regreso.
En las horas grises
Cuando mejor nos padecemos
Los grises son arena en el reloj
Acotejada para creer
Pasan las horas en su sentido contrario
Y todo lo que disminuye sin azar
Es prestado del gris
Como una gran pena aislada a su cárcel
Ambos saben que todo transcurrir
Es la falsedad desarraigada a su invento.
Ambos en ese espacio
Donde un segundo clava la posteridad
Semejante al cuerpo visto
En una cruz que nos pertenece
Debajo del resplandor
Y más abajo en la desgracia
Donde por amor al prójimo
Y en el justo orden de pecar
Merecimos la sombra.
Iba al viento a desnudarme
Pero estoy tan amarrado a la soledad
Que ni siquiera lo comparo a la derrota.
Ahogado en la rabia de no entender
Cuando he ido hasta el fondo
Por algo inexplicable
Sin que vea hundir mi cabeza
Aun si las ideas que de ello me hago
Es solo piedra sembrada en el sollozo
Y cuando luce inmóvil
Tampoco importa
si desde ese estado
Aquellos que solían encontrarme
Ahora metidos en su vergüenza
No suelen invocar los sitios del dolor
Porque tampoco vale mucho
Si alguna vez me nombraron.
2 comentarios:
... porque es imposible hacerlo con los amigos
Aunque algunos sean la ceniza
Y otros un puerto de entrada al regreso.....eso es soledad...el verano los lleva a la agonía pero realmente dolido este estado....
No sé por qué siento que la nostalgia se ha apoderado de los amigos que más aprecio. Debe ser ese tu poema que me hubiese gustado escribir.
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