Es cierto que segundas lecturas sirven para medirnos la memoria. Con el libro Plaza de Armas de Santiago Méndez Alpizar, me acaba de ocurrir. Éramos mucho más jóvenes y Chago pasaba por mi pueblo, por un muro o confesionario frente a la casa de Orelvis, otro poeta cercano en generación y vocaciones literarias, El de los lamentos.
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El poeta cruzaba en busca de Remedios, su pueblo, y en esa parada de auto stop justo frente al muro, algunas veces transcurrían horas donde los remedios se convertían en curas para el alma y curanderismos poéticos; no sólo como bálsamo contra el hambre, sino por la sed de confrontarnos de literatos y de existencialistas, algunas veces no bien vistos pero nunca automarginados.
Chago, era el más irreverente, el menos sumiso al dogma y a dejarse vencer por la arbitrariedad. Muchos de los versos leídos de primera mano, a Octavio Pardo y a mí, entre otros habituales del muro, eran entonces como filos de cuchillos que iban marcando un territorio contra el polvo y la huella de esos días donde aún me parece verlo con una alforja de sueños y versos que no lo consumieron.
Han vuelto aquellos versos y no son el eco de una villa antigua, tiene la pretensión de aquellas emociones captadas desde una plaza donde las mejores armas y los proyectiles, tenían mucho de la personalidad de Chago.
Un hombre que no se retrae de lo que le rodea, que lo enfrenta aunque viene de la rabia de una vida difícil y nos declara de esa rabia, Aquí está /sin claridad ni fe para sus miedos. El mismo que no juega al drama ni al lamento sino que testimonia porque: Entonces el país en un túnel un alfil apuntando la última casilla. Su humor negro y ese estado de guerrero solitario contra burócratas y destino, lo hizo no sesgar para la publicación de este libro, editado por Letras Cubanas, se mantuvo como también declara en otro de sus versos: Los cantos simulan las comidas /pero qué te cuesta negociar la sombra.
Tuvimos suerte de no negociar con la sombra del poeta, negociamos sus versos como se destilaba el alcohol en las plazas de provincia, intercambiamos crítica sin amaneramientos ni sublimes historias robadas de dioses que ponían humedad donde nosotros encendíamos pólvora.
Cuando el poeta ha pasado por experiencias que ni el odio ni los muros pudieron encerrarlo, uno transpira en ese duelo y lo entiende: Yo viví de suelo / de la sangre/ del almíbar y las nubes/ del espejo y sus mentiras. -
No recuerdo cuando se marchó, quizás nunca lo hizo y en esta relectura lo he reencontrado. Quizás fueron otros versos desde donde el poeta era su presente y no decantaba un porvenir cualquiera…. Ahora ya no pienso en París/ me cuesta dormir las mentiras que me invento, para luego sacudirnos con la verdad sin cortinas de humo para el entendimiento humano: Que el pan es el centro de un país. Un día-hemos de tener la sal y el vino/ y han de tronar las aguas más tranquilas/ Ya no llueve desde el centro/ pero un día hemos de tener la sal y el vino/ cada cual ponga su cántaro / aún nos faltan odios.
Juan Carlos Recio
NY, Noviembre 16 del 2009
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A TIEMPO DE LA ESPERA
Sombra y duda
Yo canto un canto
y un hombre lo atraviesa
Un hombre de miedo que soy Yo
Yo atravesado por la sal
Sombra y duda
Ahora nada me estimula
Nada espero
III
HAY UN DESCONOCIDO APUNTÁNDOME
no responde
pero hay una sombra detrás de la mía
Tal vez sea el miedo
el miedo que siento al miedo
Hay un desconocido apuntándome
Qué me digo si de pronto
el polvo levanta un rostro igual al mío
A TIEMPO DE LA ESPERA
Sombra y duda
Yo canto un canto
y un hombre lo atraviesa
Un hombre de miedo que soy Yo
Yo atravesado por la sal
Sombra y duda
Ahora nada me estimula
Nada espero
III
HAY UN DESCONOCIDO APUNTÁNDOME
no responde
pero hay una sombra detrás de la mía
Tal vez sea el miedo
el miedo que siento al miedo
Hay un desconocido apuntándome
Qué me digo si de pronto
el polvo levanta un rostro igual al mío
Qué me digo si por fin el miedo me abraza
y me vuelvo
carne y silencio de mi miedo
VII
EN LA CIUDAD
el bullicio es la imagen
el bullicio y las putas
Esas tristes putas más aún que la ciudad
por ser las tristes putas del pan
para una noche
En la ciudad
el cielo va tejiendo un velo azul
Aquí me escondo y muero
Aquí nadie descubre qué soy
Aquí soy nadie
Ese nadie desnudo que de grito en grito
derrama fuego contra todos
contra el mismo
VIII
"oh cielo
somos muchos los condenados aquí abajo"
A. Rimbaud
POBRE DE MÍ Y POR QUÉ NO
pobre de Dios
Pobre de Dios después de tantos años
después de tantas piedras
Tal vez la respuesta es ésa
Dios impone su silencio
y nosotros devastamos las estaciones
Pobre de mí
y por qué no
pobre de nosotros
IX
YO IGNORABA QUE EL TIEMPO
diera tanto frío
tanta premura y deseos de volar
En cada hombre hay un lugar para la tarde
También salió el asesino
tras el grito de un pájaro
que sembró la nostalgia en su cuchillo
Ésta es mi mano izquierda
para el silencio-
Ésta mi mano derecha
para el polvo y las palabras-
Sombra y duda
más bien Yo ignoraba estar perdido
pero en cada hombre hay un lugar secreto
una fuga un desconocido
XII
PORQUE SIEMPRE FUE FÁCIL
y de la piedra sólo nos llegará el polvo
Porque ser el asesino
es lo mismo que ser el cartero
Porque siempre tuve miedo de estar muerto
y en cada rostro mataba
un pedazo de muerte
XIII
Y SI DE MI NO QUEDARA
sino el tiempo
Y si sólo el silencio
Y si la lluvia escondiera mis pisadas
Y si la flor se durmiera
Y si no me llega más el olor del pan
y la esperanza
Y si olvido la promesa
si no despierto
XVII
SOMBRA Y DUDA
alguien declara sus tres últimas mañanas
e ignora su próxima muerte
En cada hombre
hay una migaja de pan
pero en cada hombre hay una migaja de nada-
Sombra y duda
Ésta es mi mano derecha
con la que hago una cruz
y siembro un árbol-
Ésta mi mano izquierda
para el silencio-
Más bien el tiempo siempre estuvo
Yo ignoraba que la muerte fuera así
como si nada
Uno se muere de tiempo
y a veces de muerte
Yo ignoraba que la muerte
cargara con una línea de tiempo
para cada muerte
Más bien la muerte siempre estuvo
Cuando uno se ve por los ojos del cielo
entiende
uno es hijo y tierra de sí mismo-
Sombra y duda
Ahora nada me estimula
Sólo espero
La Habana 1993
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Ilustraciones de Sigfredo Ariel.
Libro "Plaza de Armas" Edt. Letras Cubanas. 1996.
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------------RABIA
Tardío
el grito dio la luz
Del Mar
el silencio y la espuma
Ya es tiempo de llamar y de llamarme
de quitar las arrugas------las pócimas de agua y polvo
Aquí está el andariego----el fantasma de sí mismo
el hacedor de guerras provincianas
el primer y último amante de estas piedras
Aquí está
sin claridad ni fe para sus miedos
Porque la rabia crece
porque la rabia es un ciclón de manchas
una culebra entre los huesos
Aquí está
sin talismán ni pez-----sólo de rabia
-
-
A qué entonces sopesar el llanto
Uno se estrecha irremediablemente a semejantes
convive las diarreas y el polvo de sus ansias
Se va de pronto--------sólo con Dios
----------------------------con Dios
y la rabia de no ser Dios
cuando silva el agua sobre el lomo
Entonces el país en un túnel
un alfil apuntando la última casilla
-
-
Ayer no estaba en el recuerdo
La luna dio señas de escondida
y el amor partió a punta de alfiler
Pero uno va-----siente el tintineo de acercarse
aunque la luz no dé en el espejo
y el rostro quede seco
Uno va
se supone Lord Byron entre palmas y mosquitos
desafía el miedo a hurtadillas
No encontrarse puede ser un diluvio
-
-
Ah la rabia
justo cuando queda vino y rabia
entre pecho y cielo
Las muchachas tendieron sus vestidos
baten perlas y la ciudad crece
La ciudad
que suele ser como los huérfanos
Majestuosa si se encuentra el lugar justo
para perder la última tristeza
Pero queda rabia
el incienso no da a tantas penas
Pleitea la sangre-----Guerra de sangre y rabia
para ciudad de muchachas solas
Quién ha de desviar la mirada
Quién ha de levitar como en sueños
--------------------tapar sin pausa las paredes
por donde filtra la húmeda rabia
-
-
El tiempo crece solo
El tiempo y el espíritu del tiempo
que ha de ser lo que se es
cuando husmean los pleitos de la sangre
-
-
A lástima------polvo y luz
sabe el camino
Andar
Seguir a no sé cuántos kilómetros por rabia
A lo largo del túnel vuelan penas y
pájaros
Uno va------se va de pronto
con Dios y con la rabia
con Dios y la ciudad
con toda la carga en ese grito
Uno se va
sin talismán ni pez----rabia a dentro
y ni la suerte enciende a los espejos
-
--(1989)
-
CONFESIONES DE UN NÁUFRAGO *
Para Pedro Mastuerzo, por sus discursos.
Las luces
en agitado invento saltan como peces
Ya no distingo el sabor del cianuro
o las gotas de lluvia que de lejos me vestían
Ahora la ciudad es un puente
donde el sol celebra la llegada de los muertos
Sé razonable busca la periferia y acomódate
a morir
Los cantos simulan las comidas
pero qué te cuesta negociar la sombra
Tal camino no conocen las aves
Las buenas noticias caen desnortado inicio
para un año de fieras
Las luces se inventan como peces
y la discordia juega su silueta de pájaro maldito
Entonces para qué morir si el amigo se
comió la casa y los caballos que escondían
mis dedos
Yo estoy loco pero un salmo es un giro
al centro de uno mismo
y de nada sirve viajar al árbol con los ojos
sucios
Nadie estima que un loco puede ser útil a la patria
pero no saber que sienten las crecidas
que sufren las pócimas del llanto
y hasta paren los parques con sus noches de iglesias
Yo viví de suelo de la sangre
del almíbar y las nubes
del espejo y sus mentiras
Yo tuve una pregunta
una muchacha azul como la almendra
Ahora sólo me queda la ciudad sus puentes
Ahora sólo me resta morir en una foto
y el tiempo de nacer al centro del pecho
Ahora soy uno más que se arrodilla
pide un diezmo para ahogar la sangre despacio
no vaya la suerte a despertar envejecida
y me cobre la sombra la mirada
Ahora ya no pienso en París
me cuesta dormir las mentiras que me invento
Yo creí que el hombre
y tenía un corcel de trenzas y de vino
Yo tonta imagen trasnochado comilón
absurdo bailarín de media noche
confieso:
que no son los cuervos quienes traicionan
la música
que he de morir más confundido que muerto
que la Casa es un montón de huesos y madera
que de nada sirve caminar en contra de uno mismo
que la muerte no es más que un circo largo y viejo
que el pan es el centro de un país
que las paredes de este siglo son más bien espacios
discordantes
que en cualquier lugar vive una mujer
y una guerra
que hay tantos silencios por decir
que sencillamente me duele tanto el mar
como los sueños
y ahora soy uno más que se arrodilla
pide nubes para ahogar la sangre
de prisa
no vaya la suerte y pierda la sombra
la mirada
Un día hemos de tener la sal y el vino
y han de tronar las aguas más tranquilas
Ya no llueve desde el centro
pero un día hemos de tener la sal y el vino
cada cual ponga su cántaro aún nos faltan odios
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-(Remedios, 1990)
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Los poemas fueron tomados del libro Plaza de Armas, cortesía del autor.
Más sobre Santiago Méndez Alpizar, Aquí
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2 comentarios:
Gracias por este regalo, JC. Y gracias a Chago. Un abrazo para los dos.
Muy entrañable tu texto, querido JC. Prometo darle continuación. Yo era-¿sigo siendo?- un muchacho de la periferia, con amigos como tú, que es lo que me salva. Por suerte para mí, periódicos, suplementos, revistas y editoriales y antologadores de mi provincia me ignoraron. No era lo suficiente interesante como los autores que allí tenían, supongo.
Abrazo para ustedes,Manuel, JCarlos.
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