lunes, 28 de junio de 2010

EL CRISTAL

Hay historias que son vistas como en un cristal, cada detalle nos devuelve vida, fragmentos y personajes que puedan acompañarnos. Cuando somos pequeños es más fácil conseguir toda una imaginería de personajes. Ada Isabel Augier Miyares, ha escrito un libro de texto inteligente, con historias breves y con ilustraciones de esas que se hacen a mano en un aula. Es un libro para la enseñanza, pero tiene en esa brevedad de las historias, un mensaje que logra llegar con mucho acierto. Por supuesto que tanto Ada como yo, hemos crecido un poco más de a quienes le hablan los personajes, pero me ha gustado saber que si uno no pierde esa mágica de sueños con la que primero comenzamos a forjar el carácter, y si la lectura te deja pensando en un pasado que “parece que fue ayer” cuando juegos de vaqueros, muñecas y peces encantados, dieron nuestra primera pelea por saber que es un conflicto dentro de una narración y cuál desenlace nos ilusiona, alguno tal vez menos cercano al drama de la realidad, que ya bastante tienen esos duendes con convivir con unos adultos, que aún equilibrados, suelen tener una cara más hinchada que la de uno de los cuentos del libro El Cristal, de esta autora que también escribe poesía y que alguna vez sentaré en el aire. Hoy les dejo con tres historias breves, para que no olvidemos nunca el niño de adentro y porque siempre hay una música parecida a la poesía en esto de imaginar que nunca crecemos.


Juan Carlos Recio, NY, Junio 28 del 2010.


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El granjero

El granjero siempre tenía el mismo sueño, encontraba un grano del tamaño de una manzana...y luego despertaba. Una mañana mientras trabajaba en su granja encontró un grano muy grande, entonces lo sembró. Durante el día y toda la noche cayó lluvia, granizo y gruesos copos de nieve. Por quedarse a mirar lo que crecería el señor quedó gravemente enfermó. Le atacó una gripe que lo dejó en cama por varias lunas. Soñó nuevamente pero esta vez veía una grieta en la tierra, al fondo estaba el grano que mostraba una plantica diminuta. De tanta alegría se levantó y en lugar de la semilla encontró un grueso tronco.


Los amigos

Érase una vez un flamenco y un hipopótamo que compartían el mismo charco. Un día el flamenco le preguntó a su compañero

- ¿Por qué estás tan inflado y tan afligido?-
- Es que camino despacito y no llego a tiempo a la fiesta de las ranas y los sapos!, me inflo de aire pensando en el momento delicioso y así pasan los días.
Tú pudieras ayudarme! – afirmó el hipopótamo
Atamos una cuerda de tus patas a las mías, y así cuando tu corras yo lo haré más rápido.

Así fue como experimentaron, pero cuando el flamenco se echó a correr, el hipopótamo se fue al piso en dos segundos; quedando el doble de inflado y afligido.
El flamenco que quería ayudar a su amigo le habló de su nuevo plan. Llegaría muy elegante a la fiesta de las ranas y anudaría en sus patas al menos diez de ellas, simulando ser medias perfectas.
Para recompensar la astucia de su amigo el hipopótamo tocaba la flauta y las flores del charco le devolvían olores exquisitos.
Cuentan los más viejos hipopótamos que todos en la familia continuaron inflados pero nunca más estuvieron afligidos. Desde entonces muestran su cara noble y satisfecha.

Pía

Una niña que se llamaba Claudia solía sentarse de cuclilla a la orilla del mar. Cuando aclaraba la mañana tomaba su bicicleta color violeta y cogía el camino de la playa…una tecla! una tecla!, teclas hacían una melodía en el fondo del mar.
¡Un piano que perteneció a algún barco viejo o un piano que nadie quería! – pensaba la niña inclinada en la orilla.

Hubo una mañana muy oscura porque había eclipse, Claudia no olvidó su cita con el piano y esta vez quería mirar. Había mucho viento y el cielo estaba cubierto de nubes. Sintió miedo y se marchó a su casa.
A la mañana siguiente se levantó antes, era el día esperado. Apareció el sol iluminando el fondo del mar. De repente todo era verde, todo naranja y azul. Buscó por mucho rato pero no halló nada. Cuando se sentía ya muy cansada salió de una cueva de corales un pececito pequeñísimo…una tecla!, una tecla! – se escuchaba. Aquí esta mi piano! - pensó la niña.
Desde aquel día le llamó ¨Pía¨. El pez ¨Pía¨ nunca se hizo mayor pero cantaba a su amiga escuchándose una tecla...una tecla.....una tecla.

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Ada Isabel Augier Miyares, 06 de abril de 1973. Cubana, Residencia Definitiva en Chile.Licenciatura en Psicología (en proceso).UNIACC. Santiago, Chile.Licenciada en Educación, Especializada en Defectología.
Facultad de Defectología, Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona (ISPEJV).
La Habana, Cuba.
Este es su primer libro El Cristal, editado en Chile. Su obra poética es inédita.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sonia Diaz Corrales que bien me gusta muchisimo

Mayra Delgado Novoa dijo...

Mayra Delgado Novoa El 29 de junio de 2010 a las 14:22 (por facebook)
Resp.: Literatura infantil, breves historias de Ada I Augier
Gracias Juan Carlos, leí los cuentos y me gustaron mucho.
No andan errados los que dicen que la literatura infantil es una de las más difíciles.
Saludos,

Anónimo dijo...

El Cristal llego a mis manos ayer, y le gusto mucho a mis hijos, varon de 5 y hembra de 7. Ellos hablan Ingles como primera lengua y Español como segunda.Hoy me pidieron El Cristal otra vez. Mi hijo me pidio que le leyera el cuento mientras dibujaba los personajes. Definitivamente El Cristal es un libro que usando juego de palabras y originales ilustraciones,desarrolla la imaginacion de los niños y refresca la imaginacion de nosotros, los padres.