(Zaida del Río(Signos, número 37, 1989)
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Sonia Díaz, siempre mágica, es una de las mujeres poetas que más me gusta de mi generación (y de toda la poesía cubana) Hay en ella una especial sensibilidad que le permite cuestionarse todo acto y uno se siente incluido, tentado por el auto examen. Leo sus textos y pienso en otras mujeres que son ladrillos incuestionables en el muro de la poesía de “los ochenta” (Teresa Melo, Bertha Caluff, Rita Martín, etc). Cada una, en su particular modo, aportan puntos de vista esenciales, que la mayoría de los hombres no acertamos a distinguir, pero en el caso de Sonia hay una fluidez en el lenguaje que nos incluye porque pareciera que traduce el fluir de nuestros pensamientos, de nuestras preocupaciones éticas, de nuestras inquietudes de grupo signado por una época, por un momento especifico, sin distinción de genero.
Sonia Díaz, siempre mágica, es una de las mujeres poetas que más me gusta de mi generación (y de toda la poesía cubana) Hay en ella una especial sensibilidad que le permite cuestionarse todo acto y uno se siente incluido, tentado por el auto examen. Leo sus textos y pienso en otras mujeres que son ladrillos incuestionables en el muro de la poesía de “los ochenta” (Teresa Melo, Bertha Caluff, Rita Martín, etc). Cada una, en su particular modo, aportan puntos de vista esenciales, que la mayoría de los hombres no acertamos a distinguir, pero en el caso de Sonia hay una fluidez en el lenguaje que nos incluye porque pareciera que traduce el fluir de nuestros pensamientos, de nuestras preocupaciones éticas, de nuestras inquietudes de grupo signado por una época, por un momento especifico, sin distinción de genero.
Heriberto Hernández Medina
Finca de Sosa/ 6/5/2008.
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En el mes de Junio del día 5 del 2008, Manuel Sosa escribió en su blog La finca, Recuerdo de Sonia Díaz Corrales. En ese flash de la memoria recordaba él, que veinte años atrás, cuando andaba con un manojo de poemas bajo el brazo por muchos rincones de Cuba, dispuesto a no perder ocasión para leer sus textos, en una de esas ocasiones, y en el patio de un museo de Cabaiguán, (tierra patria sombra finca luz donde nació la poeta) y donde por primera vez la escuchaba, sin que mediaran espejismos, a la pequeña y firme, jovencísima, segura de sí, y allí entre todos leyó su poema con una sinceridad tan espantosa que nos sacudió hasta los cimientos.
Esta suerte de encantamiento y virtud que aún la acompaña, como si el nombre de su pueblo no bastara con esa magia que parece venir de un juego serio de hechizos: Caba=caballos iguán=imantados. Eso creí de niño cuando mi abuelo materno me encaramaba en sus hombros por el paseo -en aquel entonces majestuoso- que distinguía la entrada de ese pueblo. No conocí a Sonia en aquellos viajes de familia y muchos años después, cuando andaba creyéndome que la poesía de Arthur Rimbaud, podía salvarme “porque cielo somos muchos los condenados aquí abajo”, una de esas tardes de encuentros literarios, sin otro aviso que decir su nombre y el título del poema, una voz en el patio del Museo de Artes Decorativas de Santa Clara, nos dejó, como caballos imantados al hilo coherente que no colgaba al azar, era su ritmo, la cadencia perfecta, por la que ella nos conducía, sin que mediaran abismos, otros vericuetos, ni laberintos ni desganos.
Como si su forma de decir nos descubriera, además, de hacerlo con armonía y arroparnos en el contenido.La mirada de una joven que lanzaba a su tiempo, con la dificultad: como dice en estos versos: "El Rey manda a escribir la palabra silencio/manda a ahorcar a los que escribieron/no puede acallar el grito de sus voces"; Y luego: "Algunos creen gobernar el tambor de mi pecho/ porque gobiernan un país"/. Supe, que esas miradas profundas, eran las fuentes de un agua viva que brotaba sin necesidad de ahogarnos. Y Después, nunca más, he podido sustraerme de esa suerte de envidia y sensibilidad que producen sus poemas; (los que seguí escuchando, los que leí inéditos) y los que luego fueron apareciendo en la vida pública de esa provincia que llamamos Patria); nunca más: por muy condenado que me sintiera desde abajo, en aquellos días donde también yo, como todos ellos, me pasaba con hambre y sed, a veces impotente de no saber donde podía caber, con cuál instinto me iría a la luz o la sombra, en medio de una marginalidad rondante, que no la merecíamos _ni creo nadie se la buscará_; eran esos días que Sonia, como un relámpago que si nombraba las cosas por su nombre, y con el poder de rastrear la espiritualidad que nos merecíamos, directo al corazón, sin que fuera una bala pérdida, nos hacía su disparo, de quien domina y apunta, sin que trucará esa forma segura de ser, esa relación tan propia que hay entre la esencia de lo que ella asume y es, y la postura que aún permanece, con la que siempre supo escoger no ser nunca una sombra.
Por gracia de Dios, hasta nuestros días. Y en ese ascenso, y en ese estilo que con los años sostiene su tono, cuando se nos presenta con el poema: es transparente como la divinidad de los espejos, y aún más bello: nunca lo hace por un acto de vacía misericordia.
Juan Carlos Recio
NY, Mayo 5 del 2010.
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Poemas de su libro:'toque sobre el tambor del pecho'
EL REY PIDE LAS MANZANAS DE LAS HESPÉRIDES
Madelín Pérez Noa (Signos número43, 1996)
para Manuel Sosa
Estoy en medio de la calle
he sido despojada
literalmente apuñalada
de un modo intrascendente y vulgar
y mis heridas son heridas vulgares
absolutamente oscuras
y no sangran.
He sido acusada de insomne
de inferior y nacional
de algo que para siempre está fuera del juego.
He sido acusada por
no comprender
no aceptar
no asirme.
No hay orden de arresto contra mi
saben que no puedo ir ahora a ningún sitio
saben que tengo un hijo
saben que estoy sosteniendo la impotencia
como Hércules el cielo
sólo por un rato.
SIERVA DE LA REINA
he sido despojada
literalmente apuñalada
de un modo intrascendente y vulgar
y mis heridas son heridas vulgares
absolutamente oscuras
y no sangran.
He sido acusada de insomne
de inferior y nacional
de algo que para siempre está fuera del juego.
He sido acusada por
no comprender
no aceptar
no asirme.
No hay orden de arresto contra mi
saben que no puedo ir ahora a ningún sitio
saben que tengo un hijo
saben que estoy sosteniendo la impotencia
como Hércules el cielo
sólo por un rato.
SIERVA DE LA REINA
Yo soy quién trenza los cabellos de la reina.
En los aposentos de la reina todo es húmedo.
En los salones la reina es un talismán.
Dentro de la reina hay una niña
dentro de la niña un reloj de arena
grande como un desierto.
La reina es un puente entre el rey y los soldados.
El árbol del jardín tiene tantos columpios como horcas.
El rey mató a la niña y la hizo reina.
En el desierto de la reina
sólo entramos ella y yo
ella porque es la reina
yo porque fui la niña
y ahora trenzo sus cabellos.
Cuando el rey era un hombre
(ahora sólo es el rey)
la niña lo esperaba de rodillas
en el salón de las estatuas.
Yo era una estatua de rodillas
y el rey un hombre
a punto de volver de la batalla
yo era una estatua hasta que el rey volvía.
Dentro del rey vive el hombre que ama la niña
dentro de ese hombre
hay un silencio férreo
el amor a veces es silencio
en el silencio se oyen mejor las voces
cuentan estas historias cuando la reina duerme
y la niña se tiende transparente dentro de ella
y la sierva de la reina espera que despierte
y pregunte con la autoridad de una reina
¿qué hicieron mientras yo dormía?
La niña y yo callamos
la reina sabe
estuvimos contando las gotas de arena
que caían del reloj
del desierto
del salón de las estatuas
mientras ella dormía
y el rey se preguntaba
¿para qué sirve una corona tan pesada?
El rey manda a escribir la palabra silencio
manda a ahorcar a los que escribieron
no puede acallar el grito de sus voces.
El rey llora como un hombre
y no come más que arena
le gusta su color
le gusta como raspa la garganta
le gusta comerse el alma de la reina
y así ella no se va
con sus fantasmas al desierto.
TOQUES SOBRE EL TAMBOR DEL PECHO
Miriam Dorta, (Signos 1996)
El corazón y su redoble iracundo…
Octavio Paz
El amigo con una masa enorme
ríe y toca el tambor
como si acabara de amar los ojos que tuve hace años.
El amigo tiene tanto miedo
espera sacar de mi pecho el milagro de la música.
El amigo que se esconde tras el dinero
que no sirve para tocar el tambor
pero sirve para comprar a los que oirán tocar el tambor
que no existe en el pecho de mi amigo
él, toca magistralmente el tambor de mi pecho.
El sorprendente hombre de vidrio
toca sobre el tambor imitando el agua cuando cae.
La amiga comparte sus olorosos ungüentos
y toca sobre el tambor como el aire de la tarde.
Mi hijo estridenta el tambor.
Los de casa
tocan suave el tambor del pecho.
El cazador
ciego y esperanzado toca su música
su alocado tan tan sobre el tambor del pecho.
La novia del cazador
la dócil niña de las sortijas
taconea sobre el tambor del pecho.
El mágico amigo mira a través de su esmeralda
y regala puntos luminosos
y blanquísimas flores de la madrugada
toca un vals de agua
unos compases desconcertantes
sobre el tambor del pecho.
Los que ponen la mesa
creyendo mitigar mi hambre
dejan caer su lenta y desabrida mano
sobre el tambor del pecho.
Algunos creen gobernar el tambor de mi pecho
porque gobiernan un país
no saben que del tambor pueden salir
países como lágrimas
países como papel
países como espuma
infinitos países míos
según se toque el tambor.
Los que gobiernan no alcanzan
a tocar la melodía que conviene al tambor de mi pecho,
los infames
pagarían porque mi tambor
fuera un vulgar pedazo de cuero
donde los demás pegan sus golpes
ateridos y disonantes.
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De su libro: 'los días del olvido', finalista del premio viaje del parnaso del año 2008
PRIMERA LECCIÓN PARA DEJAR CAER UN PÁJARO SOBRE LA BORDA
Los psiquiatras dirán que estás histérica
los endocrinos dirán que menopáusica
los sacerdotes que en una evidente crisis de fe
los demás dirán que ahora sí
que estás de atar.
Quizás alguno diga venga llora
y pondrá su hombro.
Pero nadie
absolutamente nadie
sabrá de qué te mueres
qué profunda tristeza te demencia
y seguirás mirando caer los días del olvido
como lentos pájaros sobre la borda.
PRIMERA LECCIÓN PARA DEJAR CAER UN PÁJARO SOBRE LA BORDA
Los psiquiatras dirán que estás histérica
los endocrinos dirán que menopáusica
los sacerdotes que en una evidente crisis de fe
los demás dirán que ahora sí
que estás de atar.
Quizás alguno diga venga llora
y pondrá su hombro.
Pero nadie
absolutamente nadie
sabrá de qué te mueres
qué profunda tristeza te demencia
y seguirás mirando caer los días del olvido
como lentos pájaros sobre la borda.
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SONIA DÍAS CORRALES: (Sancti Spíritus, 1964) Poeta. Ha obtenido premios y menciones en los concursos David de la UNEAC, 13 de Marzo de la Universidad de La Habana, Abel Santamaría de la Universidad Central de Las Villas, el de la revista Caimán Barbudo, América Bobia de la ciudad de Matanzas y Bustarviejo de Madrid. Ha publicado sus poemas en revistas y periódicos cubanos y extranjeros; en las antologías cubanas Tertulia poética, Poesía infiel, Retrato de grupo, Poesía espirituana, Mis barcos nuevamente y en la antología de la Universidad Autónoma de México Un grupo avanza silencioso.Ha publicado La cáscara y la nuez (1991), la plaquette Diario del grumete (Sed de Belleza y Taller Editorial Vigía, 1997), y Minotauro (Ed. Letras Cubanas, 1998)
(Datos y foto, tomados de La primera Palabra)
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Para leer más sobre Sonia Díaz Corrales pulse aquí:
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De primera clase. ¡Gracias!
ResponderEliminarAy Sonia, sonia, leve como las palabras de tu mensaje eterno, maga por gracia divina, misteriosa como Eva te paseas desnuda por el jardin donde tantos Adanes,aun sabiendose mortales te cortejan y quisieran estar fijados para siempre --oh! la triste ambicion de poseer-- en tu memoria... y ya seguir jugando a la eternidad del instante, que solo tu mereces en esta fiesta grande y efimera y sin nombre.
ResponderEliminarEntre tantos detalles positivos que tienen estos excelentes poemas, yo resaltaría esa sobriedad de una poesía venida, quizás, del "raciocinio", esa "tangenciabilidad" y, qué bueno, no son poemas ni de mujer ni de hombre; son poemas de Poeta.
ResponderEliminarGracias.
Recio, yo conocí a Sonia (su poesía quiero decir) a través de Sicilia. Y bastó que mi ecobio el camionero me leyese una de las décimas de esta POETA con mayúsculas, para que yo quedase prendado de su verso. Sin dudas, como asegura el guajiro, de primera clase. Un abrazo
ResponderEliminarEl hombre del Camión verde, que guajiro más chevere...yo estoy muy agradecido como uds por todo lo que Sonia nos brinda, gracias.
ResponderEliminarFelix Anesio ha comentado tu enlace:
ResponderEliminar"Sonia me ha impresionado poco a poco con esa froma exquisita y personal de versear. Se lo he dicho y llevamos ya una amistad muy bonita en Facebook. Gracias Juan Carlos, por contribuir a la difusion de su obra. Ella y usted merecen esta suerte de felicidad, que emana de la literatura."
No sólo recibí tu post sobre Sonia Díaz Corrales, sino que me lo leí todo. Yo no tuve amistad con ella, nos vimos unas cuantas veces y siempre me pareció una excelente poeta que he leido con mucha atención.
ResponderEliminar(por e-mail)
la gran Sonia, siempre exquisita y rebelde. Era como el alma de aquel grupo nuestro de finales de los ochenta y principio de los noventa. Cuantas noches debatiendo allá en su casita de alto, junto a una horquídea ventanera que husmeaba lo que pasaba entre aquellas paredes.
ResponderEliminarun abrazo
gume
Su poesía ilumina los días del olvido y hace remontar a los pájaros el vuelo de la vida.
ResponderEliminarGracias.
ella siguye siendo una de las mejores poetas cubanas, dura de matar y sensiblisima. También vi que publicaste Sin crítica... a ese trabajo yo le hice unos cuantos cambios y le agregué cosas, pero creo que así como está publicado funciona y causa el efecto que me propuse,(por e-mail)
ResponderEliminarCarajo, mándale a decir a Sonia de mi parte que se ha puesto lindísima....! Como no tengo su correo, asi que hazme ese favor. No te comento los poemas porque viene sobrando el elogio. Otro abrazo y en especial uno bueno para ella. (por e-mail)
ResponderEliminarvaya¡¡, muchas gracias, desde hace tiempo me han dejado muchas cosas, pero siempre la poesía se ha quedado, cuando todo lo demás se ha ido, ella ha seguido ahí. sonia díaz
ResponderEliminarUna de las poetas que leo y releo con un gusto exquisito. Una voz poderosa y singular que me conmueve.
ResponderEliminarY si tienes el placer de escuchar sus poemas en su propia voz, ¡ay, qué gran bendición!
Un abrazo.