jueves, 14 de enero de 2010

POEMAS AGRESTES




… Mi padre y yo sobre el lomo de la bestia
desde arriba el resplandor de algo bello nos hunde
pero el animal se niega a la oscuridad de sus patas
y la curva del camino nos encoge…


No es casualidad que mi primer poema tuvo el motivo de un suceso más bien raro o espiritista. Cada vez que mi padre y yo veníamos al pueblo desde una zona rural alejada, en un largo callejón casi a mitad del recorrido, su yegua se espantaba en una curva, rodeado de cañaverales, y se negaba a pasar, escribí mi primer poema sobre esto y fue el pase para un taller literario en el pueblo. Otras, vivencias de mi vida rural que acontecieron y llevé a la poesía quizás con el interés de un primitivo en las letras que quiere, sin saberlo, y no por ingenuidad, sino como propósito, universalizar esos temas. La traducción de Edelmis Anoceto Vega, escritor SantaClareño del Libro de Robert Lee Frost, Poemas Agrestes, viene como bálsamo sobre ese deseo hasta hace poco incumplido, de leerlo a plenitud en mi propia lengua. Considero, y no es la primera vez de la mano de Edelmis, que la traducción ayuda mucho por que su cercanía con la primera lengua del poeta, es casi perfecta, no es una traducción descuidada y uno que ya viene acostumbrándose a pensar en ingles lo que en español no toca, puede darse cuenta de la fluidez y el balance en los dos idiomas en los que gracias a este libro de Sed de Belleza Editores, Santa Clara, Cuba, 2008, nos acontece.

La selección , traducción y prólogo de Edelmis Anoceto Vega, es como dije arriba muy completa: En el prólogo encontramos información que nos acerca a los tonos e intenciones de la poética de Frost y cito: La postura de Frost difiere radicalmente de la tradición europea del poeta como héroe trágico. Para el poeta inglés, por ejemplo, el encuentro con un árbol está lleno de referencias históricas y su suerte ha de ser la misma. Por lo tanto, los círculos en el tronco cortado son tantos como años tiene el poeta; entre ellos dos hay un vínculo de epidermis-corteza. También para Frost, la naturaleza no es amistosa ni hostil, no es tampoco el escenario donde ocurren los eventos humanos, es su autorretrato.

En su poesía apreciamos más bien una fuerza telúrica sabiamente administrada –a veces muy simbolizada a través de los elementos naturales primarios: tierra, fuego, agua, etcétera-, con el freno conciente de quien se sabe hablando a los hombres y no a los ángeles.
_____________________ Juan Carlos Recio, NY/ Enero 14 del 2010.



COSAS DEL CAMPO

Ha caído la casa para que pueda verse
hacia la medianoche el brillo del ocaso.
Ahora lo único en pie es la chimenea,
como el pistilo tras caer los pétalos.

Al frente está el establo
que con la casa debió incendiarse
si el viento lo hubiera querido, mas queda
para llevar consigo el nombre del lugar.

Y de una vez ya no abrió más
para aquellos que venían por el camino
golpeando el suelo con pasos ligeros,
barriendo el heno con el peso del verano.

Aves que venían a ella por el aire
entraban y salían por las ventanas rotas
y sus lamentos eran como el nuestro
por haber vivido donde ya nada queda.

Mas por ellas renació la flor lila
y el viejo olmo que las llamas rozaron;
la bomba seca levantó un torpe brazo
y el poste de la verja se aferró a la alambrada.

Nada fue triste para ellas
y aunque mantuvieron alegres sus nidos,
es preciso saber cosas del campo
para no creer en el llanto de los febes. 1
1(especie de ave americana)




JUNTO A LOS BOSQUES
EN UN ATARDECER NEVADO

Creo saber de quién son estos bosques.
Su casa está en el pueblo, sin embargo,
no ha de verme aquí detenido,
observando los montes llenos de nieve.

A mi caballo debe parecerle raro
que me detenga aquí, donde no hay casa,
entre el bosque y el lago congelado,
la noche más oscura del año.

Mueve la campanilla de su arnés
para preguntar si se trata de un error.
Y el otro sonido es solo el lamento
del vientecillo y los suaves copos.

El bosque es bello, oscuro y profundo,
mas yo tengo promesas por cumplir,
y millas que andar antes de dormir,
y millas que andar antes de dormir.





EL CAMINO NO ELEGIDO

Dos caminos se bifurcan en la floresta ocre,
y sentí no poder tomar ambos
siendo yo un solo caminante; mucho estuve
observando uno de ellos hasta que torcía
allá, en la maleza inaccesible.

Me fijé entonces en el otro, similar,
acaso con mayores atractivos,
pues su forraje invitaba a ser andado;
aunque, a decir verdad, el paso allí
les había hecho el mismo estrago.



Allí estaban de iguales esa mañana
con hojas que las pisadas no habían marchitado.
¡Oh, dejaré el primero para otra ocasión!
Mas, sabiendo que un camino conduce a otro,
no sé si volveré a pasar por aquí.

He de repetir esto con un suspiro,
siglo tras siglo en algún sitio:
dos caminos se bifurcan en la floresta, y yo
tomé de ellos el más virgen.
Eso marcó la diferencia.
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Datos del autor tomado del prólogo:
En el año 1942, la editorial neoyorquina The Dial Press publicó la antología This Is My Best, lo que vendría a ser uno de los hechos editoriales más trascendentales del siglo XX en Norteamérica. El proyecto consistió en reunir en un solo volumen, cerca de una centena de los mejores escritores de esa nación; sus piezas literarias aparecieron seguidas de una breve nota en la que ellos declaraban por qué las habían seleccionado. Entre los antologazos se encontraban: Hemingway, Steinbeck, Vicent Benét, Faulkner, William Carlos William, Saroyan, Cumimmings, Thurber, Sandburg y el poeta Robert Frost, quien por esa fecha ya había recibido en tres ocasiones el Premio Pulitzer: 1924,1931,1937 (en 1942 se le otorgaría por cuarta vez).

Aunque descendía de una familia de Nueva Inglaterra, Robert Lee Frost (1874-1963) nació y vivió en San Francisco hasta la edad de diez años. Tras la muerte de su padre, fue llevado a Lawrence, Massachussets, donde realizó estudios de bachillerato y asistió a Harvard. Alternó oficios como el de granjero, zapatero, periodista y maestro rural; luego, en 1912, vendió su granja para trasladarse a Inglaterra y dedicarse a la escritura.

Allí aparecen sus primeras obras importantes: La voluntad de un niño (1913) y una serie de monólogos dramáticos titulada Norte de Boston (1914). Ambas fueron reeditadas en los Estados Unidos en 1915, año en que Frost regresa a su patria para dedicarse a las dos labores que más amaba: cosechar la tierra y escribir poesía. Su popularidad se mantuvo durante las siguientes décadas, en las que publicó otros siete volúmenes de poemas.
Un año después de aparecer This Is My Best, el Coucil Book in Wartime (Consejo del Libro para Tiempo de Guerra) distribuyó, como un estímulo moral, cincuenta mil ejemplares de su poema <<Entrar>> a las tropas norteamericanas permanentes en el extranjero.
Más de una década después, para 1955, su Selected Poems ya tenía cuatro ediciones. Sin embargo, no sería la Segunda Guerra Mundial lo que serviría para que Frost cosechara todos los premios y honores a los que se puede aspirar un poeta norteamericano. A tal extremo, un poco antes de su muerte, John F. Kennedy lo invitó a leer un poema en la ceremonia de investidura.
Para This Is My Best, Frost escogió una serie de textos de tema campestre bajo el título de Sixteen Poems, los cuales constituyen el grueso del presente libro. En el comentario previo a su selección manifestaba: <<El compendio que aquí se ofrece muestra mi inclinación por las ocupaciones rurales. Empezó en un huerto en un patio trasero en San Francisco(…) No se trata de algún prejuicio contra la ciudad, me agradan muchas ciudades, es meramente una inclinación a las cosas rurales>>.
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Para leer más sobre el poeta pulse aquí:
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5 comentarios:

Manuel Sosa dijo...

Manuel Sosa has left a new comment on your post "POEMAS AGRESTES":

Hay un problema con el título del poema "Stopping by woods on a snowy evening", porque no es precisamente un "atardecer" sino que ya es de noche, como más adelante se indica: "the darkest evening of the year".

Aquí te pongo la traducción que le hice en 1995, cuando daba clases en Cuba:

Deteniéndome junto al bosque en una noche de nieve

Al dueño de estos bosques creo conocer,
pese a que tiene su casa en el pueblo;
no podrá ver cómo me detengo aquí
para admirar sus bosques colmados de nieve.

A mi pequeño corcel le resultará curioso
el detenernos sin que haya alguna granja a la vista,
entre bosques y lagos helados,
en la noche más tenebrosa de todo el año.

Hace sonar las campanillas de su arnés
como si indagara por lo que nos ocurre;
el único otro sonido es el barrer
del viento y los copos que caen.

Los bosques son bellos, oscuros y profundos
pero me quedan promesas que cumplir
y millas por delante antes de dormir,
y millas por delante antes de dormir.



Posted by Manuel Sosa to SENTADO EN EL AIRE at January 14, 2010 3:54 PM

Juan C Recio dijo...

Ud tiene razón, consultado con Vicente Echerri, esto es lo que aprendí:

En su sentido más estricto, “evening” puede traducirse correctamente por “atardecer” o “anochecer”. Literalmente, es el momento que antecede a la noche, o las vísperas, cuando cae el sol y suele aparecer Venus (Véspero). En la primera acepción del término, el Diccionario de Oxford dice con bastante claridad: “the process or fact of growing dusk…the time about sunset” ( “el proceso o el hecho de anochecer… la hora aproximada del ocaso”).

En un sentido más lato, “evening” puede y suele extenderse a las primeras horas de la noche, lo que en español podemos llamar “la prima noche” y que algunos identifican con “la velada” (término este último bastante en desuso y que se aplica a las horas de la noche en que habitualmente no se duerme o a una reunión durante esas horas).

Dicho esto, en el poema “Stopping by Woods on a Snowy Evening” de Robert Frost, y atendiendo a lo que claramente dice el poeta en ese texto (“the darkest evening of the year”), la traducción más correcta de “evening” sería “noche” , sobreentendiendo que se refiere a sus primeras horas.

Manuel Sosa dijo...

Aclaro que puse mi versión como curiosiad, no para comparar ni nada de eso. Es una traducción que merece ser revisada a fondo. Reconozco que tiene varios defectos. En fin…

Juan C Recio dijo...

Manuel, el ejercicio de opinar como la poesía no deberían tener aclaración, tanto la tuya como la mía están en función de una curiosidad, de aprender sobre las cosas. Ni es por tu opinión que el libro de Edelmis o mi reseña se va a convertir en un libro mal traducido, ni creo que a Edelmis ni a mí se me ocurrirá pensar mal de un simple ejercicio de opinar, y sobre todo porque es algo, que Edelmis y tú, a dirferencia de mi dominan. Venga a este blog cada vez que quiera y opine con libertad, si en algún momento alguien, o este administrador lo mal interpreta o considera que la opinión tiene otro fin que no sea el intereés de esta finquita literaria, no se preocupe que aquí se ponen las cosas en su lugar, sin mucho rodeo y al grano. Entoncés, para no extender más el acto tan simple del derecho a opinar, ya está todo en su sitio, otras interpretaciones de terceros, diferentes a sus buenas intenciones a mi personalmente no me interesan, conozco sus buenas intenciones sobre poetas y poetas y eso basta.

I. Hernández dijo...

Juro que yo soy quien vive frecuentemente un Snowy Evening. Aquí, en invierno, ya a las cuatro y media de la tarde comienza a oscurecer. A las cinco de la tarde ya es de noche, y cuando nieva, uff, a esa hora prefiero estar escribiendo en ese " Darkest Evening". Dark here is at Five o 'clock!
Para traducir, pienso, hay que entender la cultura y el contexto en que ha sido escrito el texto originalmente....
Sigo pasando por aquí, a ver que poemas leemos al estar sentados, pero no literalmente en el aire.....