lunes, 2 de septiembre de 2013

Adán en el estanque


"El libro se organiza a la manera de las "novelas de formación", en las que el protagonista se desarrolla hasta alcanzar su madurez, pero imaginado el proceso como un viaje de evocación y encuentro, en el cual el final no es más que un nuevo punto de partida. De forma simultánea los viejos mitos rejuvenecen bajo la mirada joven del poeta.





Es esta la aventura que invita a compartir Adán en el estanque con sencillez que recuerda aquella de los antiguos elegistas griegos, al tiempo que el contraste inquietante de imágenes, ambientes y repertorios culturales redimensiona palabras, referencias y sentidos. Mirar atrás para llegar al presente y prefigurar lo incierto del nuevo viaje, o más: la continuidad de la íntima exploración en pos de la anagnórisis."


Elina Miranda
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ALAMEDA DE PAULA




Dobla las manos al vacío

como si fuera el último gesto

que izamos en la tarde nacional

Olvida por un instante el café

siente cómo pasan los muertos

de la patria

por el pasillo colonial

que dejan nuestras palabras

Respira durante unos segundos

sobre el banco que nos enfrenta al mar

la callada destrucción prematura de la isla

el Muelle de Luz con el sombrero

que nos hará invisibles al llegar las sombras

Aspira tu porción de salitre

y palpa la tarde que

como un altar que el empleado apaga

guarda sus ídolos rotos hasta el amanecer



ANTES DEL ÉXODO. PLAGAS


I

A dónde corre el músculo del agua

después que Jehová hirió el río con la vara

y desinfló sus venas

Una puñalada en los estanques

en los depósitos

hasta en los vasos de piedra o viga

El corazón del agua

ahora es verso en el golpe


ola ensangrentada en tus manos


VI

Leña o carbón

hierve la ropa en el patio

ceniza en el agua

ceniza que adelgaza y purifica

las sábanas

mi madre se dobla y revuelve

el viento levanta el polvo encendido

como úlcera en sus ojos

la vara de Aarón vertical hacia el cielo


ceniza en el pecho


IX


Todo habrá de perdonársenos

la torpeza de escribir en la penumbra

el chocar con las palabras

monstruos invisibles

el milagro de palpar la tiniebla

como si fuéramos una familia egipcia

Moisés extendió su mano

hizo de la noche un denso muro

donde inclinarse al prójimo

era hundirse en él

asomarse al abismo

Moisés apagó el rostro de Faraón

y quedó su seno llama negra


alumbrando en el silencio



X

El primogénito que vive tras el molino

ha visto a la familia hebrea

matar un cordero

mojar un hisopo en sangre

poner una señal

sobre el dintel de la puerta

El hijo de la molinera

no ha comprendido el ritual

pero hubiese ofrecido un animal a Jehová

si las plagas sucesivas no hubieran destruido

todo el ganado

Deseaba pintar su puerta con sangre

anunciar también

aunque fuese egipcio

la dádiva lejana y oscura

que lo hacía estremecer

A medianoche

su cuerpo tembló como cordero blanco


ante el ángel de la muerte





Abro los ojos y la noche con exactitud

afila su contornos sobre las esquinas largas y empinadas

de la habitación

sangro en silencio

envaino el preciso metal del dolor

como un juez que rige lo desconocido

que pregunta por otros ignorándose

Cierro los ojos y la noche

como una estatua que sustenta una daga oscura

me impide verte íntegro y amargo

 


 
Mi elección es atroz

la soledad y el destierro

como el ralo y violento golpe de la rama

en el rostro que huye

pavorido


 

 
MOIRA




Pasa la mano por el viento de la noche

que como tosco muro se detiene

y como músculo de ásperos bloques

cenizos grises callados

trae noticias amargas

baldosas de un rojo profundo casi muerte

Palpa el duro corazón de la noche

las varas enconadas contra tu piel

los balcones vengativos y cortantes de la sombra

Hurga en tu abdomen vulnerable

en la pálida masa de tu pecho

y ve cómo el alcohol de unos días

que fueron cándidos y dulces bajo el sol de abril

se han vuelto un dios terrible

fuerza desafiante

contra lo que el dedo acarició

y te vuelve un ser irracional

te empuja a subir espesos montes

donde cortas enloquecido


el cuerpo antes venerado

En la paz de tus ojos está

el éxodo de todo lo que amaste

y el revés de esta bondad

te golpea el rostro con su alto paredón

Vas perdiendo

hasta el silencio

y la palabra

que antes se ofrecía como un don

es hoy bestia huidiza

Todo te abandona

todo lo abandonas

Pero a veces lo que amas

vuelto sombra

cruza los contornos del viento

y como el rostro decapitado en las manos de Ágave

torna a hablar en susurro semejante


a los días en que un dios te cantaba al oído
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Yoandy Cabrera (Pinar del Río, Cuba, 1982) es licenciado en Filología por la Universidad de la Habana (UH) y máster en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha sido profesor de Letras Clásicas en la UH. Obtuvo el premio Dador de Investigación en 2009. Actualmente es editor y crítico de poesía. Realiza el doctorado en Filología Griega en la UCM.
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Para comprar el libro:



 
http://ebetania.wordpress.com/2013/08/29/adan-en-el-estanque-de-yoandy-cabrera/

3 comentarios:

  1. De vuelta el Blog, y eso nos alegra a quien lo seguimos...muy buena esta selección...me llevo algo al muro con mención incluida.por supuesto..

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  2. En la paz de tus ojos está

    el éxodo de todo lo que amaste

    y el revés de esta bondad

    te golpea el rostro con su alto paredón/.....

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  3. Qué buena propuesta, Juan Carlos! La he disfrutado muchísimo. Besos!

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