En la pared artificial cuelgan de
artificios
los modos y costumbres tuyossin que dejes o pretendas al insomnio
en su agua de arroz con granos curtidos.
Luego no importa si desapareces
detrás de la misma pared donde impones
senderos también tuyos para ser inclaudicable.
¿Cómo es que vives de hoja marchita
puesta a lucir por vendaval
siempre el mismo desencanto?
Abre tus piernas cuando el río suene
no vaya a ser que no derribesesas paredes donde imantan las frías horas
cuando en la ausencia los ausentes te degradan.
Nadie asimila su oquedad
porque es difícil ubicarse en el destino.
Es como si de ayer a hoy todo se
vuelve mañana
desde tus actos muy torpes porque no
lo adivinen.Hay muchas paredes idénticas que no se parecen a nada
y muros y rostros para el llanto y para colgarse;
lo cierto que las personas nacen
de semilla a flor como la señal de un arbitro.
En el lugar de cita de los solitarios
hay mucha gente
y tampoco es para el consuelo.
Has tenido esas caras en la pared
aunque lo niegues
y puedes ver en el espejo lo que los demás
sólo en mármol:nombres de los egos transcriptos;
a veces eso provoca echar al viento
las palabras que deciden, ido como un soldado
sin fusil a una guerra clandestina
donde la única inclemencia es saberse la contraseña
sin grandes resultados.
A veces se echa las raíces en una
caja de polvo
como una mujer que maquilla su
torpeza.
Sentado y listo crees volver al mundo
porque debajo todo lo real
maravillosono debe a su costumbre tanto espejo.
El viento acompaña sin dobleces
lo que has decidido clavar con alfileres
de una claridad posible a otra
aunque algunos suelan tener
una idea muy antigua del animal invisible
que lleva en el corazón sus gastadas alforjas.
Otros sólo dormitan en el ocio que
les apuntala.
Hay un resto de personas como un mar devuelto
ellos atisban los deseos para esconderse;
han visto al ciego con beneplácito
decir desde lo oscuro todo lo profundo.
Nunca provocan la humana miseria
por no desgajarse de su lado
miserable y por falta de valor que les produce su lástima.
Conviene en el lugar de cita de los solitarios
conviene ir al mástil sin agravio
a suficiente altura contra los mundos podridos
porque ellos respiran casi siempre nuestros demonios.
Ir a salvarse no es la salvación
ni dibujar los aposentos donde el rey
y la reinahan de lucir sus atributos.
Fuera del sueño no es que se viva o se perece
es la realidad que deja sus fieras heridas
mortales y con disposición a detenerte.
Voces sólo tuyas desde el coro sin la cuarta pared.
Lejos a contracorriente los
guardianes de la soledad
tienen cada hora y lugar que designes
y a cada pared en su falso dominio.
Si van a entrar esas filas de
amoladores de filosque nunca sean dobleces ni manchas ni sudarios.
Cada hoja de su puño de entrada a salida
haga tu voluntad como al final del día
los trazos hacen al cuerpo en su morada
y de Rey a Reina, no definas ningún luto.
Gracias por esta entrega, Recio. Bravo! Realmente es difícil ubicarse en el destino.
ResponderEliminarVa con esto mi felicitación a este trabajo que he disfrutado.