lunes, 3 de enero de 2011

Carta en enero.

Para Any Recio, otra vez.
Mi hija se traga el corazón del gato y sale a luz
Del libro El Buscaluz Colgado.


Querida hija,
Tu padre siempre ha sido aquel
que jugaba con una bailarina
en el cuarto donde no cabía la luz
y tu entrabas a ella
bajo las patas del gato
y aún tragas su corazón y sales.
Porque nada hay mas parecido a un espejismo
escribo las vueltas de esos días
marcadas para siempre en lo que nombres.
Eres de reina a diosa
aún sin corona de espinas
esa niña de ojos de agua
que se lava el rostro y me pregunta:
si las vidas del gato acontecen en mi
y por qué en los agujeros de arriba
en vez de luz se filtraba la intemperie.
Querida
aunque nunca tengo las respuestas imaginadas
todavia invento sobre aquella magia de sobrevivir
contra los locos que miran como gatos
cuando cruzan sobre tu corazón y me sonríen
y se tragan la poca luz que queda
y pueda pertenecernos.
No hay temor a la oscuridad
si los espíritus bajan en cuerpos celestes
y derraman sobre el cuarto
la plenitud y el deseo,
el salir en puntas como una bailarina:
alquien que nos impulse ante los cuerpos
y salta y vuela y se estremece;
Hay luces que no pueden verse sino es con fe.
Querida,
Hemos pasado desde “un banco en una acera gris
hasta un disparo de nieve”,
otras secuencias de aquel ritual
donde el corazón del gato, y tú
cuelgan los locos caídos desde los agujeros;
algunos son astros,
extraños que vinieron a poblar
esos inventos para que juguemos a sobrevivir.
Si no eres elegida para El Arca
y la dicha no te espera en el cruce
de los cuatro caminos,
debes ponerte de cabeza sobre los otros
y juntar las mitades de cada gloria que no has tenido;
existir como si fueras un cisne
todo el tiempo la bailarina de tus pasos
sin que alimentes por ello las consecuencias
de ir con el destino como si nunca le conocieras.

Querida,
asume tambien que donde quiera que vayas
siempre oscurece
y si no te dan luz para verlo, bÚscala
y busca al final como si la vida te diera
de estas circunstancias
y de otros deslumbramientos;
aunque, de lo que llevas por silencio no se escapa:
todo lo que pueda maravillarte y se esconde
por el temor que digan si las ridicules
tienen un poco de lo mucho que haces
en esas noches cuando de verte sola
eres el odio tuyo en la sombra
de cientos de cisnes que vuelan
en una mano que despide con añoranza
el reflejo de los corazones ante la humedad
donde no entra sino la intemperie
y con la luz que existe
te tragas el corazón del gato y sales.


Juan Carlos Recio
Miami, enero primero del 2011.

5 comentarios:

Escombros Hablaneros dijo...

Qué suerte tiene tu hija de tener un padre cómo tú. Juanca en estos días los gorriones son mayores y esa carta-pretestamento me ha emocionado.

I. Hernández dijo...

hermoso poema escrito en Miami, allí donde nunca caerá la nieve...

Amparo dijo...

Juan Carlos: me gustó mucho ese poema a tu hija. Feliz año nuevo. Un abrazo cubanísimo,
Amparo

SENTADO EN EL AIRE Juan C Recio blog dijo...

gracias amigos, mil

Anónimo dijo...

Hermanito, muy buen poema, lo principal, en mi opinión, es que contienes la "hemorragia de sentimientos" que temas así provocan en el poeta.
Gracias.

Félix Luis Viera