miércoles, 10 de marzo de 2010

POEMA EN BLANCO PARA UNA PÁGINA OCULTA





El placer, si se prolonga
en dolor se ve tornado
pero el dolor prolongado
en un placer no se torna.
Aryadeva (Cuatrocientas estrofas)




En el banco cerca del bosque
donde estuvo el camino
sin que pueda entender hacia dónde
dos señoras conversan;
no es el banco
es la claridad del día quien las sostiene
y la tibia ceremonia que está en sus gestos
que también en mi nostalgia se acomoda.

Ellas vistas desde arriba
como trepado a un árbol
copioso tal vez desde la niñez fecundo
tal vez en la memoria preso.
De lejos sus rostros se pierden
son espuma.

Otras, puedo leer sus labios
como vuelven parecidas a las aves que se posan
y otras, se aquietan sus ojos, casi inertes
cuando las veo reclinarse.

Como estatuas de arena
sus colores blanquecinos me nublan
y son como aquellas dos flores marchitas
pero no importa…

Y dentro de la página voy
príncipe del primer latido
donde alguna vez estuvo
la huella seca de la señora adulta
que siempre sonreía al saludo de mi padre;

la huella de una lágrima
y por qué no
el sabor que despiden desde entonces
esos rostros fugaces
que nos entregaron todo
sin decir un nombre
sin que un banco y dos ancianas
puedan evitarlo.

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