Lina de Feria.
Premio Nicolás Quillén 2009.
No asombra la constante indagación de esas realidades ocultas y poco visibles que son en definitiva el territorio en que se asumen las tristezas y alegrías, los desencuentros y encuentros, los amoríos y los pesares de una mujer cuyo aliento vital ha dejado testimonial constancia en su poesía.
Ya Lina de Feria, santiaguera nacida en mil novecientos cuarenta y cinco, con toda una obra anterior, nos ha preparando a entender y participar de ese otro espacio en que transcurre su tiempo poético, desprejuiciado y no ajustado por ningún punto cardinal, ni ninguna otra condición fuera de la que se derive de la indagación que genera su poética.
Ella nos expone, sin tapujos ni límite alguno, esas verdades que con intensidad lúdica, dolorosa y con plena madurez intelectual sostienen una reflexiva búsqueda de mejoramiento humano de vigencia y universalidad.
No es este libro: Ante la pérdida del safari a la jungla, ganador del más prestigioso y dotado de nuestros premios, el Nicolás Guillén del dos mil nueve, una simple y nueva repetición de las obsesiones de la poetisa en su ya extensa obra.
Cuando obtuvo el premio David, en su primera edición, junto a Wichi Nogueras, con su memorable poemario Casa que no existía, parecía estar naciendo y muriendo a la vez, como una fina flor silvestre, una poética que comenzaba con registros tan amplios y abarcadores que daba pie a pensar que no tendría otra continuidad que la repetición de sí misma.
Ha sido esta una falsa predicción. Lina ha ido sumando otros importantes títulos que con amplia superioridad han rebasado sus propios antecendetes. Nos ha ido mostrando esos otros mundos que ni siquiera sospechábamos existían, haciéndonos saber que su geografía es tan imaginaria como cierta.
Sobre esa geografía Lina de Feria, da fe de pérdidas y ganancias, en ese otro mundo en el que ella puede nombrar lo que parecía innombrable, hacer visible lo que creíamos invisible, hablar en lenguas diferentes y a la vez entendibles para cualquiera, que sin prejuicio, se acerque a este torrente , vital y atronador discurso lírico.
Imágenes contundentes, sobre todo en lo que visualmente provocan, que van a manera de un rompecabezas, ficha a ficha, permitiéndonos descubrir un paisaje inexplorado hasta hoy.
Se trata de un safari, pero por una geografía nunca antes descrita ni dibujada por cartógrafo alguno. De allí que sean estos versos fundacionales en espíritu, en su necesidad de atraparnos, de dejarnos desorientarnos, para luego reorientarnos por senderos que por sí solos no hubiésemos descubierto.
He aquí una atipicidad de esta poética.
Mientras la mayoría de las poetisas contemporáneas versan sobre la maternidad y la cotidianidad, Lina, reafirma su naturaleza maternal guiándonos por esos mundos desconocidos, porque son su invento, hablándonos de otro vivir y de otro actuar que en nada se refieren, al menos a escala simbólica, a ese plano –o planicie- que reconocemos por nuestra cotidianidad.
Desde la dedicatoria del libro, conmovedora para quienes conozcan la ligazón, el vínculo, la cofradía de una hermana fiel, hasta cuanto describe en esa gran historia que puede leerse en este libro, con ese orden estricto que exige la historia de sucesos reales, su autora y protagonista, experta en safaris, haciéndonos mirar a un lado u otro, deteniéndonos o agitándonos, sin permitirnos manera alguna de escapar del sobresalto, de la angustia y la felicidad, del dolor, el más intenso, nos hace saber que queda más vida que toda la que queda.
Un largo, conmovedor, intenso poema que da título al libro ocupan una primera sección del libro, para en una segunda llamada La vida tensa, clasificar con toda minuciosidad maneras muy diferentes de enjuiciar, memorizar, testimoniar, diversas realidades frente a las que actuamos con mayor o menor cordura, como queda claro en este testimonio de vida que es sin dudas Ante la pérdida del safari a la jungla.
Muchas son sus increíbles aventuras vivenciales y no podría, sino fuese por este amplio registro que demuestra su lírica, dejarnos constancia de cuanto a plenitud nos testimonian estos versos.
Safari: búsqueda a pesar del riesgo y el peligro, enfrentamiento a pesar del riesgo y el peligro. No pudiese ser algo diferente. Esta es otra versión de una vida que no se recuerda o perpetua a través de estos versos, sino que se vive de nuevo, a pesar de los muchos riesgos con que asume Lina de Feria su singular existencia.
Arístides Vega Chapú.
Santa Clara, noviembre del 2009
Alabar o maldecir; es ahí donde está el peligro.
ResponderEliminarAnte todo mis saludos.
ResponderEliminarOs invado para presentarle este modesto intento por rescatar nuestra poesía contemporánea, al que le invito navegar o, mejor, volar, con sus propuestas:
AlasCUBA, la poesía cubana contemporánea
http://alascuba.blogspot.com/
Siempre,
[ElDuende]
abrace.cuba@gmail.com