lunes, 30 de agosto de 2010

LA SINCERIDAD QUE REFLEJA AL POETA.

La lectura a mis contemporáneos me ha permitido no juzgar basado en cercanías tanto de estéticas como en la forma de plantear el concepto de lo que se quiere comunicar, y sin que el estilo necesite ser novedoso. A veces conviene un poco de hojarasca, sentir al poeta que en su búsqueda equilibra su dominio de la palabra y el adaptarse a una forma mas sincera con su poética. En ese sentido lo original no tiene por qué crearnos una epectativa que pretenda sublimizar el efecto del logro de la propuesta, mejor es cuando uno conoce al poeta por su espiritualidad mucho más que por un rasgo fisico o de carácter. Con Ihosvany Hernández González me ha sucedido cuando camino junto a sus versos, y siempre me sorprende de un poeta que sin alejarse de su manera de comunicar, no cae en reiteraciones, ni regala ese tiempo donde él sabe crear la atmósfera que queda después que ha cantado los sentimientos, y después que ha vivido para contar lo que ve o le llega, sin que uno necesite perfección o tonos que luzcan gestos estridentes; tampoco da giros para llamarnos la atención. Me gusta -lo he dicho antes- cuando el poeta sabe ofrecer y llegar sin esas piruetas o corte al lenguaje, que cuando quiere caer a filosofar sobre una idea, el tema no sale reflexivo y seguido usa otros versos de puentes y se aleja como una corriente de aire que destruye el contacto con nuestros sentidos, esto suele ser común mucho mas de lo debido, y ocurre con la misma frecuencia con la que muchos tratan de escribir como si nos repasaran las leyes de lo que es la poesía, algunos alcanzan una perfección en la forma y se consideran poetas logrados por esa limpieza de logro formal; pienso que por suerte para Ihos, él explora más con el discurso y lo hace con el instinto y la inspiración de sentar sus temas, sin que reflejen un estado de locura que necesita ser lanzada, al contrario, domina muy bien la fuerza con la que carga los motivos de contextualizar, como uno de esos boleros que le cantan al sentimiento y hacen catársis de inmediato con el receptor.
También, maneja lo referente a las aproximaciones de sus lecturas con mucho acierto sin que fuerze a que sea una traslación de lo que lo inspiró, es una propuesta que hace ruptura de todo lo que llega externo o ajeno al sentimiento donde el poeta se expresa sin ataduras, como tal lo considero mucho más sensible, e intimista; hecho que tal vez lo aleja de muchos de los que llaman novísimos, también, por una suerte de ser operativos en ese campo de constante referencia a los clásicos, a nombrar mucho de lo que el boom literario en ese momento mueve, y que por lo general tienden a repoblar sus textos, como son: ecexos de intertextualidad, y caricatura de personajes y autores a los que muchas veces se ha llegado por lo que escriben terceros al respecto, sin que se note una lectura que refresque el uso de de esos motivos literarios. Ihosvany, aún con su carga de estos tiempos de postmodernidad, sin que se excuse por ello, no cae en esos abusos y se muestra muy equilibrado al respecto.
Otra de las razones que me da su poética para valorarla como cercana, viene de tocar temas universales, sin caer en el simplismo de lo que debe suponerse como efecto sublime ante el lector, por el solo hecho de hablar de esas sustancias: la muerte, el amor, el destino; él nunca pierde ese deseo y constancia de equilibrar su mundo interior y su relación directa con todo lo que estando cerca, de una manera coherente se fusiona con sus interes, motivos que lo mueven a inspirarse; creo, este texto que me ha provocado escribir y los que siguen de lecturas en otros espacios virtuales a su poesía, tienen esa línea donde es visible la intencionalidad del poeta que sin ser ingenuo, no deja de hacerlo con la inteligencia de quien se asume como un ser que descubre y se descubre, que interroga y nos interroga, desde una existencia que no es posible verla desapercibida, ante el mismo como cuerpo y espejo que define su postura como poeta, y ante lo que nosotros podemos disfrutar de ese cuerpo que transparenta, unos hilos con los que sostiene la levedad y el lirismo de su paso por estos días.

Miremos entonces, como a veces queda en la ciudad los reflejos que deslumbran los charcos después de la lluvia, con sus voces, figuras y siluetas que dan vida a la belleza y que no necesita dejar de ser cotidiano para asomarnos. Cada ciudad tiene su árbol, y su elegancia; cada poeta un alma que exponer. Ihosvany, sin temor a equivocarme, sabe hacerlo con la suya.
Juan Carlos Recio
NY/ agosto del 2010
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ROMPER EL DISCURSO



armar la pasión
consumación del decir
contar
el mundo
hecho
en bocas llenas de preguntas
adónde voy quién soy en realidad
cuándo
tropieza el sueño
justo al cántaro
justo a la fuente
y se deshace el clamor
adónde voy, quién soy
cuando
intento romper el discurso
y vuelvo a él y soy él
en
toda
su
integridad.

PAISAJE DONDE VAMOS NOMBRANDO LAS COSAS


el sol ensordece esta estación de rutilantes cuerpos
muriéndose en su albor
nadie
presiente
el himno
que cae sobre las cosas
(in)tangibles, sueños sobornando
esta diablura de pretender nombrar
lo que nos une, nos coloca frente a frente
sin esa virtud hallada en los que desechan su moral
intento agrupar los que nos lía y miento. el hombre acaba
de marcharse sin saber de esta lista: objetos que llevo como un mendigo
un paisaje donde duermes
donde desvaneces cuando te nombro
en ese mañana que se impone en tu universo.


IMÁGENES DESTINADAS AL ESCRIBA


procuras trazar la línea de cuerpos como sal
y no te basta
prorrogas el fuego
para cuando la soledad comience a desandar
los mismos caminos y te reconozca
ese estrecho de agua por donde han de fluir peces.
desnudo en esta página
nada cambiaría en este segundo
sólo la muchedumbre que alimenta un cielo semejante
a la madrugada
sobre el asfalto
por donde vas en busca de la ciudad destinada a la palabra.

SILUETAS


anochece
una fábrica de silencios siembra tu bosque
eres sombra de mundo destinado a lucir su invierno
el año de pensar se ha ido a pernoctar en su arrogancia


en tu soledad
hombre pérfido
callar fue el espejismo


entender el bosque es lo humanamente detenido
en la demorada muchedumbre
cansancio de ser
una sombra que hiende en esa desvirtuada parsimonia que deseas
para embestir tanta plática.

anochece
y un fábrica de aullidos te hace de bosque
silueta de hierba y légamo
hombre de aquel Prometeo moldeando las fauces para obtener
lo que esperas



la voz nocturna para celebrar
lo humanamente predecible
lo letal y lo loable


puestos a recaudo en el verso que ahora dictas
para tu noche trocada en esta evocación irreconocible y tácita.


ARMAR EL DISCURSO EN TUS OJOS


proponer otros trayectos
intercambiar el zumo
del que sabe que todo sueño
se instala en la levedad del tiempo consumado
naufragio nocturno distribuido a partes iguales
saber que todo es duelo abierto entre la palabra dicha
dibujada
comprometida
en esa visión que te insta a armar tu propia imagen
o ese discurso del que eres parte ambigua en su
totalidad.

AUTOCRÍTICA DE VERSO PARA NO SER LEÍDA EN PÚBLICO

si mi nombre ocupase un plaza en tu boca
si llegara a ser blanco en tu página
colmado el vacío de tu crítica
lamiendo el azufre destilado
en ese vicio por implicar al hombre que
se ampara en su sueño
entonces sea cual fuese el destino
buscaría un instante para
devorar el objetivo del tiempo en un manzana
fuera del reloj / de mi mano que apenas
socorre el vuelo de palabras en otra boca
juego para ajenos
crítica del silencio apostando
volver al diálogo que
disuades
porque es otro el trueque admitido
otro el verso que corroe tanto símbolo
y no entiendes
la razón por la que acabo de anunciar mi nueva imagen
poniendo a salvo su origen
su destino
y el gozo de estar siendo leído en éste instante
en que subsiste todo poeta.

DATOS DEL AUTOR
Ihosvany Hernández González (Ciudad de la Habana, 1974), escritor y poeta. Fue guionista de programas dramáticos para la radio. Desde el 2004 reside en Montréal, Canadá.
2008: Premio de reseña literaria por la obra “Boitel: entre la noche y la palabra”.
Azafrán y Cinabrio ediciones (México).
2008: Finalista del premio de poesía Jiménez Campaña por la obra “Algún sitio para este otoño” (categoría del premio internacional Artífice de relato corto y poesía, Granada, España); obra que aparece en la antología Proemio nueve (Ayuntamiento de Loja, 2009).
2006: Finalista del Premio Internacional de Poesía Desiderio Macías Silva, por la
obra “Días despavoridos como ciervos” (México).
2005: Segundo Premio, categoría cuento, por la obra “Salón Sahara”, del evento Tendiendo Puentes convocado por la Universidad de Toronto (Canadá); obra que aparece en la antología: The political participation of Latin Americans in Canada (Jorge Ginieniewcicz & Daniel Schugurensky, editores. OISE/UT, 2006).

Ha colaborado para varias revistas digitales como “Decir del Agua”, “Remolinos”, “Letralia”, y “La zorra y el cuervo”, “Cañasanta”, entre otras.
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DONDE SE PUEDE LEER:


ALASCUBA:http://alascuba.blogspot.com/2009/03/ihosvany-hernandez-la-habana-1974.html
CAÑASANTA:http://www.canasanta.com/poesi-a/ihosvany-hernandez-poesia-000001.html
LA ZORRA Y EL CUERVO:http://www.lazorrayelcuervo.com/zc10/ihosvany010.html
DECIRDELAGUA:http://www.decirdelagua.com/decirsc5/decirsc5_016.htm
LAURRAKA:http://revistalaurraka.blogspot.com/2009/04/el-arte-de-la-palabra.html
LETRALIA:http://www.letralia.com/165/letras08.htm
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viernes, 27 de agosto de 2010

Fausto en la ínsula




Por Yuleivy García.

Durante la Edad Media europea nació y se teatralizó el mito de Fausto, el que ha sido objeto de sucesivas reelaboraciones dramatúrgicas y literarias durante las centurias poesteriores. Fausto-personaje es en el mito a un tiempo joven y viejo, noble y desclasado, generoso y criminal, voluntarioso y débil, crédulo y hereje. Creo que ahí, en esa caracterización versátil y antitética incluso, reside su capacidad de inagotable reelaboración a través de distintas etapas del desarrollo de la humanidad: cada una recreará la parte del carácter que mejor convenga a su visión del mundo. Y encontraremos Faustos malévolos como el de Marlowe, redimidos como el de Lessing, hiperestésicos como el de Goethe, misóginos como el de Louise May Alcott, decadente como el de Max Beerhohm, artistas como el de Mann, sufrientes como el de Bulgakov o burgueses como el de Gertrude Stein. El contenido mítico se modificó a la luz de los diferentes géneros literarios, de variadas concepciones artísticas epocales, y por supuesto, con la modelación individualísima de los genios escriturales. Tanto así que, llegado a nuestro panorama insular, será inevitablemente una versión de versiones.

Dentro de las cuestionadas mareas del teatro bufo en Cuba, nos encontramos con el Mefistófeles de Sánchez Galárraga, que se pretenderá una parodia de la ópera francesa del reconocido Charles Gounod. En los finales del siglo XX y principios del XXI dos de nuestros más prolíficos dramaturgos remiten a la magistral recreación goethiana con sendas obras que demandaron de inmediato la atención de la crítica: Reinaldo Montero con Fausto (2003) y Rafael González con el Fausto comes alive!1(2004). En ningún caso hay un rastreo o un reencuentro con el contenido del mito o de la fabulación seudo-histórica en sí misma. Por tanto, no podemos hablar, en el caso de estas obras dramáticas que nos ocupan, de una relación intertextual con un mismo texto; por demás, esta relación está determinada por la intención paródica con ánimo edificante que termina por transformar más que subvertir el modelo escogido.

En este diálogo que ambas obras establecen con la obra romántica, localizamos semejanzas en el modo de transgredir las convenciones genéricas adoptadas por el texto base, ya ofreciendo nuevas actualizaciones de lo trágico, o valiéndose de desacralizadores pasajes metateatrales. Las diferencias fundamentales están en las vías que utilizan para subvertir el canon gothiano: González potencia la espectacularidad de su texto dramático, y Montero afirma un lúdico carácter narrativo.

De igual modo es posible encontrar elementos comunes y diferenciadores en relación con el tratamiento de las temáticas más significativas contenidas en el gran drama decimonónico (el poder, la religiosidad, las relaciones sociales, el amor, el viaje, etc.). Los elementos comunes están en la apropiación respetuosa de pasajes argumentales más importantes de dicho texto, en la actualización de la fábula y de los caracteres con referentes contextuales, y en transformaciones cosmovisivas que acusan la cubanidad. Los elementos diferenciales se encuentran relacionados con la centralidad de unos temas en detrimento de otros: en Fausto será el amor, en Fausto come alive! el poder; y con la presencia más extensiva e intensificada del resto de los motivos temáticos. La sutileza, el sarcasmo distanciador, el afán identitario y la versatilidad en el tratamiento temático distinguen la versión de Montero; mientras que los cuestionamientos críticos directos, el uso de imágenes simbólicas, la regencia de lo grotesco, y la movilización de recursos dramatúrgicos relacionados con la potencialidad escénica son preferidos en el texto de González.

La tematización del espacio: de la ciudad a la isla. El motivo del viaje. uno de los elementos más atrayentes para corroborar los contrastes entre las obras de Montero y González es el relacionado con la tematización del espacio, que convertirá al héroe en un ser isla, y en lo relativo al viaje como tema.

En el texto goethiano hay una diversificación espacial acorde al cosmopolitismo de la cosmovisión romántica. Los escenarios incluyen movilidades en el tiempo histórico y hacia regiones fabulares. Los espacios abiertos y paisajes naturales son considerados en su condición edénica como locus amoenus, y no se desdeña su trascendencia simbólica. Fausto evoca, a la usanza del sujeto romántico: <<¡ Cuán feliz sería si pudiese divagar por las cumbres de los montes [....], errar a través de las embalsamadas praderas>>.1 El espacio habitacional, descrito en el texto didascálido de apariencia gótica, estrecho y abovedado, es visto como oprimente: <<!Ay de mí! ¿Debo permanecer aún más tiempo en esta miserable prisión? ¡ Maldito nido de tenebrosa muralla en donde solo penetra la clara luz del día a través de pintados cristales¡ [..]¡ Para mí el mundo se reduce[...]¡ Pobre mundo es el mío>>.2
El motivo del viaje adquiere importantes connotaciones dentro de la obra, en tanto las ansias de movilidad se convierten en un elemento vital para la felicidad de Fausto, del hombre. Cuando el Espíritu del Mal tienta al héroe lo hace con proposiciones de salir <<libre y sin traba alguna>> a conocer el mundo: <<¡ Qué satisfacción, cuánta felicidad vais a recoger en ese viaje¡ >>.3 El viaje se identifica con la variedad y plenitud de la experiencia humana. El diablo censura la tendencia a la permanencia del hombre: <<Bueno es probarlo todo; pero cuando se ha seguido un largo trecho de un mismo camino, preciso es abandonarlo para tomar otro diferente>>.4 Y el hombre cree que el placer del desplazamiento y el cambio le está vedado, como el placer del sexo y de la sabiduría, y que dicho afán es obra maligna, po lo que Fausto se queja: <<¡ Ojalá pudieras hacerte cargo de las nuevas fuerzas que me ha dado este viaje[...]¡>>.5
La obra, acorde al sentimiento nacionalista del Romanticismo alemán, tiene manifestaciones recurrentes de identidad territorial a través de las voces de los personajes, ya sea de Fausto: <<Mis palabras proceden directamente de este suelo, y este sol es el que ilumina mis pesares>>.6; o la atribulada Margarita: <<¡Es tan triste morir en un país extranjero![...]>>.7; o incluso los ebrios camaradas de Auerbach, como Frosh que dirá cosas tales: <<Estoy orgulloso de mi Leipzig; es un París en miniatura>>8 y <<lo que uno encuentra mejor es siempre lo de la patria>>.9 No deja de aparecer la problématica cuestión de la contaminación intercultural, y el vulgar Brander solo aparecerá en los límites de la obra para decir algo como<<Un verdadero alemán no puede simpatizar con los franceses, y, con todo, bebe sus vinos con mucho gusto>>.10 Mefistófeles en una ocasión, para burlarse de los melindres de Fausto, le dice: <<Casi estáis hablando como un francés>>.11
La obra de Montero respeta los desplazamientos teatrales de este texto establecido como modelo de su versión: el comienzo en el teatro, luego una estancia doméstica, el bar, la casa del orisha, el viaje aéreo, el descenso en Grecia, otra vez la habitación de Fausto. Se ha prescindido de locaciones como la cárcel, la corte del Emperador y el descenso a los ínferos. El aposento gótico del científico nigromante es ahora la sala de recibimiento de un ex profesor de idiomas. Por otra parte, si este espacio ocupaba solo los primeros actos en Goethe, ahora Montero desarrollará la mayor parte de los suyos como una tragedia de cámara o drama de alcoba. La taberna de Auerbach en Leipzig es el alegórico bar Aires Libres. La maloliente casucha de la bruja será la sala de consulta del babalao. La aeromancia se sustituye por una experiencia imaginaria, por ello la alfombra voladora no será más que un cuadro pintado en el tabloncillo del teatro. Finalmente el autor ha situado su epílogo <<en cualquier lugar>>, incitando la condición circular del drama, así como la condición de obra abierta y el juego de las receptividades.

Si el tema del viaje, como hemos visto, estaba acompañado de las complejas connotaciones románticas en el texto goethiano, ahora se permea de la complejidad del imaginario insular, donde aparece con los componentes tradicionales, y con la exacerbación que ha tenido en la sensibilidad finisecular. En la literatura cubana de los 90 el motivo se fusiona con la peliaguda cuestión de la diáspora. Montero, a diferencia de sus contemporáneos, no lo asume trágicamente, sino que parodia las ansias de éxodo a través del personaje del Perro. Este carga con una molesta obsesión: <<París es mi fe, mi religión, mi templo, mi Dios>>,12 que banaliza, pues cuando se le interroga por sus motivaciones:<<Pretendes conocer>>, él responde:<<No. Ver, solo ver>>.13 En contraste, un Fausto lúcido se muestra indiferente a este tipo de deseo, se burla de él: <<Esa oscura pradera me convida. Siento el impulso de un viaje>>.14 Para él, se tratará solo de una experiencia más, incluso, la convierte en una experiencia cerebral, lo cual nos es revelado por la cita en primer lugar -recordemos el sentido con que se ha leído el verso lezamiano-, y por sentencia como: <<El paisaje no es tránsito, el viaje no es cosa del espacio>>.15 En esta reflexión ha dejado por sentado la dimensión simbólica y espiritual del viaje. Por ello Mefistófeles no puede recurrir a esa tentación, a la que solo cede <<el espíritu menor>>, el animal. Pero el sabio maléfico, cuando sorprende el sentido que tiene para el hombre, lo usa; de modo que este llegará a ambicionar ese viaje inasible: <<Quiero todos los paisajes del mundo. Dámelos>>,16 del que también saldrá insatisfecho: <<No quería más paisaje que aquel, verle su adentro, llegar a la luz de la luz allí. Quería ese viaje. No lo tuve. Nunca lo tendré>>.17


Durante el viaje aéreo El Perro, frustrado, intenta una estrategia desesperada: << ¿Y París? Hagamos escala en París. Tengo ganas de hacer pipí. Dejen que haga pipí en una pata de la torre Eiffel>>. El demonio irreverente, <<indica un punto bajo sus pies>> y lo conmina: <<mea desde aquí. Mira, ahí tienes a París, inúndala>>.18 Sorprendemos otra intertextualidad, de tipo alusiva, al episodio rabelesiano de la Gran Meada del gigante Gargantúa, que reafirma el sentido desacralizador del viaje de los personajes, tanto como de la estimación de la capital europea, paradigma de los deseos tercermundistas.
El tratamiento del tema desova en lo relativo a la identidad. Al fin del viaje, se impone el deseo de regresar. Cuando Fausto se ha alejado espacial y temporalmente de su isla y se pasea por la grandiosa Grecia de Menelao, dice nostálgico: <<Solo conozco las ciruelas de Cuba. ¿Las has visto? Son de este tamaño, y ácidas>>, y le pide un extraño deseo a su acompañante y benefactor: <<Quiero un mango>>, a lo que el atónito Mefistófeles, ante ese desconcertante sentimiento de pertenencia, exclamará desconsolado: <<Cada vez estoy más lejos y más cerca de obtener su alma>>.19
Los elementos exteriores del sentimiento de nacionalidad son desvirtuados en la obra, y en ese mismo acto se revela la cubanidad. Por ejemplo, a la afectada y extravagante presentación de Margarita, le ha salido al paso un Fausto que corrige los modos importados: <<Cubana y en Cuba. Aquí no se dice "hola", se dice "¿qué tal?", "¿cómo estás?". Prefiero que digas "buenas tardes">>.20 Cuando Mefistófoles alude a la esencia hermafrodita de Adán, Fausto le responde irónico: <<Lleva en el alma la bayamesa>>;21 al tiempo que parece desacralizarse uno de nuestros símbolos patrios, se está reafirmando una expresión cotidiana y cubanísima, que se vale de sus propios referentes. Cuando el Renegado se viste de zapatos de dos tonos, guayabera y sombrero de Panamá, le apunta su burlón compañero: <<Te falta el pañuelo punzó>>.22


En el texto de González se aprecia una unidad espacial acorde con el modo que ha elegido para desarrollar los acontecimientos dramáticos. En tanto estos son imágenes que se suceden ante un espectador, no se necesita abandonar la estancia; son los personajes los que entran y salen de manera caótica de esa representación dentro de la representación. No solo no se representa la movilidad espacial sino que no se problematiza; por ello el viaje aparece como subtema, pero con menos fuerza. En esta obra también la historia de Fausto es la historia de un viaje interior: <<Lo único que he hecho ha sido atravesar apresuradamente el mundo[...]>>23

No obstante, alrededor de los personajes que representan la joven generación -Homúnculo, el hombre nuevo, y Euforión, el genio de la Edad Moderna-,24 se desarrollan nociones muy interesantes. El conflicto irse/ quedarse se equipara a la confrontación generacional, temática tan del gusto de nuestro teatro contemporáneo. El hijo suplica: <<Padre, no quiero estar más tiempo fijo en el suelo. suéltame las manos, mis rizos, mis vestidos[...]>>. El padre aconseja adolorido: <<Por Dios, Euforión, reprime, por el amor de tus padres, los ímpetus violentos...Mantén tus pies firmes en el suelo[...] >>.25 Lo que en el texto de Goethe se convertía en una crítica a la megalomanía del género humano es aquí una crítica a la inmovilidad, a la forzada permanencia. El vuelo de Euforión es virtual como el paseo aéreo de Fausto en la obra de Montero, es una libertad y una movilidad simbólica, que no deja por eso de establecer una conexión con una de nuestras más difíciles problemáticas contextuales. El grito malogrado del joven: <<¡Debo partir!...¡Voy a volar!...¡Vuelo!>>26 se convierte en un pasaje de exaltado dramatismo, aun cuando ocupa un breve espacio en el texto. Por su parte, en Homúnculo, el hombre creado, se ha podido detener el viaje a través del tiempo; él es la permanencia, la quietud, el futuro: <<Quiero hallarme en suelo libre, donde los campos sean verdes y fértiles, donde millones de hombres puedan vivir una vida activa y laboriosa, y así las huellas de mís días no podrán borrarse con el trnscurso de las edades>>27 Tan del gusto del dramaturgo, este personaje representa la solución al frustrado vuelo del hijo de Fausto, él enarbola la visión del mundo del joven formado bajo los preceptos de una nueva sociedad. Él ha traído además a la obra el más explícito discurso identitario.
La tematización de la especialidad, en ambas obras, se halla estrechamente relacionada con el tópico del viaje; tópico que a su vez entronca con una diversificada tradición en nuestras letras y se encuentra delineado con las inquietudes fundamentales de la cosmovisión cubana de las últimas décadas. El conflicto entre la movilidad y la permanencia si no alcanza las connotaciones trágicas de otros dramaturgos del país, sí se relaciona directamente con reflexiones acerca de la identidad insular.
Muchas otras cuestiones podiesen ser sorprendidas en este análisis, pero, por lo pronto, hemos elegido centrarnos en uno de los elementos ideotemáticos que nos ha perecido oportuno pretexto para afirmar contrastes y afinidades entre dos textos que constituyen, cada uno con particularidades, interesantes diálogos con una de las obras más hermosas y vastas de la literatura universal, el Fausto, de Goethe.


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Bibliografía consultada:

1-Esta relación la establecen de manera explícita ambos autores, Montero en la dedicatoria y González en la estructura del texto, en el anuncio y en la última acotación del cuadro VIII o escena final.

1. J. W. Goethe: Fausto, editorial Pueblo y Educación, La Habana 1977, p.113.
2-ídem
3-ídem.
4-ibídem, p. 239.
5-ibídem, p. 240.
6-ibídem.p. 159.
7-ibídem, P. 240.
8-ibídem, P. 179.
9- ibídem, p. 186.
10-ídem.
11-ibídem, p. 205.
12-ibídem, p. 46.
13- Reinaldo Montero: Fausto, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2003, p. 12.
14- ibídem, p 43.
15- ibídem, p. 45.
16- ibídem, p. 44.
17- ídem.
18- ibídem: 45.
19- ibídem: 60.
20- ibídem: 13.
21- ibídem: 66.
22- Nos cuenta el mito que Fausto pidió que Mefistófeles se presentara bajo apariencia humana y con ropajes modernos; a razón del pacto le exigió se engalanara para la ocasión, y este apareció de cinto y espada (Huamán Mori, 2006: 2). Este Elemento ha permitido que el personaje adecue su vestimenta según las sociedades y épocas históricas que lo han versionado. Ibídem 32.
23- Rafael González: <<Fausto comes alives>>, Tablas, LXXIV, (I): IV-XIII, ene-mar, 2004.
24- J. W. Goethe: Fausto, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1977, p. 79.
25- Rafael González:<<Fausto comes alives>>, Tablas, LXXIV, (I): XIV, ene-mar, 2004.
26- ídem.
27- ibídem, XV.

Artículo o análisis tomado de la revista Umbrales, Santa Clara, Cuba, N0 30/2008, pág: 5-9
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Datos de la autora:

Yuleivy García Bermúdez (SantaClara, 1978): Licenciada en Letras en el año 2001. Profesora de Literatura del Departamento de Linguística y Literatura, Facultad de Humanidades, Universidad Central <<Marta Abreu>> de Las Villas. Premio en la primera edición del Concurso de Reseña Literaria Letra Nueva en el año 2000. Ha publicado diversos artículos en la revista Islas.
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miércoles, 25 de agosto de 2010

Despiértame cuando llegue Eloísa con su hijo





Por Geovannys Manso


Es el único entre nosotros que puede‭

organizar el discurso como‭

una cacería medieval.

Cintio Vitier




Acceder a los poemas que Lezama escribió a sus amigos y familiares más cercanos,‭ ‬es testificar‭ —‬una vez más‭— ‬la magnificencia de su poesía toda.‭
Crea y reitera en ellos un lenguaje sutil,‭ ‬pleno de reminiscencias memoriosas,‭ ‬dado a definir sucesos,‭ ‬más que al distanciamiento reticente.
Los dieciocho textos que conforman su‭ «‬Primera glorieta de la amistad‭» [‬1‭] ‬grafican‭ ‬in extenso aquello que nos advertía su propio autor:‭ «‬para mí la amistad es una forma de poblar un espacio misterioso‭»‬.
Plasma en ellos‭ —‬y desde ellos‭— ‬finos retratos:‭ ‬define,‭ ‬exterioriza,‭ ‬gesta,‭ ‬articula una complicidad ilimitada que no se reconoce en sus demás poemas.‭
El‭ «‬tú‭»‬,‭ ‬casi omitido en su‭ ‬Poesía completa,‭ ‬cobra aquí el significado del hallazgo del‭ ‬otro,‭ ‬en tanto‭ ‬éste puede dar fe de la vida y obra del poeta:

La puerta por donde tú seguías entrando día y noche,

después me hablaba con calladas afirmaciones baritonales,

me decía la puerta que la compañía de hondura laberíntica,

tú la traías con tibieza criolla de alucinación y temblorosas manos.

‭ (‬Para Lorenzo García Vega‭)

Tú sabías,

que el aroma de la piña era el vals del paladar...

‭(‬...‭)

Cuando te mudas la ciudad habla por sus grietas,

pues las voces subterráneas te soplan sobre las nuevas pesadillas,

que las brisas aconsejan en tus ventanas desdoblables:

la que va de tu pincel a la granada de Deméter...

‭(‬Para René Portocarrero‭)

Ambos fragmentos conforman un reclamo:‭ ‬la necesidad de cercanía.‭ ‬A su modo,‭ ‬estos dieciocho poemas son un reclamo unánime:‭ ‬el de un hombre que cultivó la amistad con el fervor de los antiguos sabios‭; ‬por ello,‭ ‬cada verso adquiere una transparencia denodada,‭ ‬única posibilidad de transmitir el regocijo que los define:



Si quieres que te recuerde,

sóplame.

Conviérteme en una hoja.

‭ (‬Para Agustín Pi‭)

En otros poemas,‭ ‬Lezama convierte su reclamo en espacios lúdicos:‭ ‬juegos de asonancias y consonancias,‭ ‬frases que esquivan todo diálogo entre sí,‭ ‬toda relación unísona,‭ ‬mucho más visibles en las décimas que conforman la primera glorieta,‭ ‬las‭ «‬Décimas de la amistad‭»[‬2‭]‬,‭ ‬las‭ «‬Décimas de la querencia‭»[‬3‭] ‬y otras tantas que no aparecen en su‭ ‬Poesía Completa,‭ ‬aquellas que‭ «‬regalaba‭» ‬a sus‭ «‬íntimos‭» ‬en el frontispicio de sus libros sucesivos.
Un Lezama coloquial,‭ ‬llano,‭ ‬diáfano,‭ ‬conmovedor,‭ ‬se nos revela en su poema dedicado a María Zambrano,‭ ‬signado por un dialogismo profundo,‭ ‬por una visualidad esplendente que mucho recuerda a los impresionistas franceses o los antiguos fotogramas del cine silente.
Más que poetizar,‭ ‬Lezama explicita una narratividad subyugante,‭ ‬efusiva,‭ ‬plena de nostalgias concéntricas:

María se nos ha hecho tan transparente

que la vemos al mismo tiempo‭

en Suiza,‭ ‬en Roma o en La Habana.

Acompañada de Araceli

no le teme al fuego ni al hielo.

Tiene los gatos frígidos

y los gatos térmicos,

aquellos fantasmas elásticos de Baudelaire

la miran tan despaciosamente

que María temerosa comienza a escribir.‭[‬4‭]

Un año antes,‭ ‬en una carta del‭ ‬2‭ ‬de febrero de‭ ‬1974,‭ ‬le confesaba a María Zambrano:‭ «‬La veo a usted siempre muy cercana,‭ ‬diciendo una canción o glosando una sentencia senequista.‭ ‬Asombrémonos de esa coincidencia,‭ ‬de que un día nuestras voces se esparcirán por nuestra piel y favorecerán‭ ‬la sacralización de la memoria‭»‬.‭[‬5‭]
He aquí,‭ ‬en estas palabras‭ ¿‬casuales‭? ‬la central esencia de estos poemas,‭ ‬donde su autor memoriza lo sagrado atemporal,‭ ‬donde su autor sacraliza la memoria fragmentada,‭ ‬al singularizar un errante diálogo,‭ ‬o un gesto pleno de un desasosiego magnificado por la ausencia unánime del‭ ‬otro,‭ ‬tal como ocurre en su‭ «‬Nuevo encuentro con Víctor Manuel‭»‬:

Me veo con él cortando la espuma de la cerveza.

De pronto,‭ ‬se acercó una vieja limosnera,

el instante se sacralizó cuando Víctor le dijo:

Bésame.

Le oigo un epigrama rapidísimo:

Un señorazo que llega y dice que se siente feliz.

Víctor me insinúa casi inaudible:

Aquí yace la felicidad.

Y se sonrió,

entonces palpé una verdadera alegría,

muy semejante a la música estelar.‭[‬6‭]

La desmaterialización del cuerpo y las leyes que impone la costumbre,‭ ‬adquieren en‭ «‬La madre‭» ‬un trascendente sentido agónico.‭[‬7‭] ‬El poeta enfatiza‭ —‬detalle tras detalle‭—‬,‭ ‬la pérdida irreparable de ese ser que canoniza su YO más íntimo.‭
Al escribirle a María Zambrano‭ —‬su confesionario distante‭—‬,‭ ‬le advierte:‭ «‬A mí me pasaba algo semejante con mi madre,‭ ‬llegué a ser su hijo y su padre.‭ ‬Era mi origen y yo a mi vez la originaba,‭ ‬la engendraba en la memoria prenatal y en la memoria después de la muerte‭»‬.‭[‬8‭]
La realidad distorsionada y el sentido de enclaustramiento que generan sus imágenes nos sobrecogen,‭ ‬tal como si se tratara de un cuerpo translúcido donde se pueden advertir‭ —‬muy vagamente‭— ‬algunos rasgos que festejan el retorno callado de la madre:

Propicio era y mágico el itinerario de su costumbre.

Miraba la puerta,

pero el resto del cuerpo permanecía en lo restado,

como alguien que comienza a hablar,

que vuelve a reírse,

pero como se pasea entre la puerta

y lo otro restante,

parece que se ha ido,‭ ‬pero entonces vuelve.‭[‬9‭]

Tanto en‭ «‬La madre‭»‬,‭ ‬como en su breve poema‭ «‬Eloísa Lezama Lima‭» ‬se puede vislumbrar una cercanía palpable con lo narrado por Lezama en su ensayo‭ «‬Confluencias‭»‬:‭ «‬La noche se ha reducido a un punto,‭ ‬que va creciendo de nuevo hasta volver a ser la noche.‭ ‬La reducción‭ —‬que compruebo‭— ‬es una mano.‭ (‬...‭) ‬Ahora,‭ ‬casi después de medio siglo,‭ ‬es que puedo esclarecer y hasta dividir en diversos momentos,‭ ‬mi nocturna búsqueda de la otra mano.‭ ‬Mi mano caía sobre la otra mano,‭ ‬porque ésta esperaba.‭ ‬Si la mano no hubiera estado allí,‭ ‬el fracaso,‭ ‬un miedo,‭ ‬desde luego,‭ ‬hubiera sido superior al miedo engendrado porque la mano estaba allí.‭ ‬Un miedo escondido dentro de otro.‭ ‬Miedo porque está la mano y posible miedo por su ausencia‭»‬.‭[‬10‭]

Esa misma noche augural,‭ ‬dantesca,‭ ‬reaparece en su poema:

Era una noche que parecía haber escindido

la noche del sueño.

La noche avanzaba o se detenía,

cuchilla que cercena o soplo huracanado,

pero el sueño no caminaba hacia su noche.

‭ (‬La madre‭)

Como también reaparece la mano:‭ ‬augural,‭ ‬cercana,‭ ‬reconocible,‭ ‬amiga:

Saber reírse y dar la mano.
..................

La mano ofrece la brevedad del rocío

y el rocío queda como la arena tibia del recuerdo.

Ofrecerá así siempre la sencillez compleja de la risa

y el acuoso laberinto de su mano en el sueño.

‭ (‬Eloísa Lezama Lima‭)

Así,‭ ‬Lezama oficia ese‭ «‬acuoso laberinto‭» ‬tan solo habitado por la memoria.‭

Va ascendiendo y descendiendo.‭

Traza agudísimas líneas discontinuas que conforman un sinuoso río por donde reaparecen‭ —‬una y otra vez‭— ‬sus amigos:‭ ‬Cintio Vitier,‭ ‬Fina García Marruz,‭ ‬el Padre Gaztelu,‭ ‬Eliseo Diego,‭ ‬Lorenzo García Vega,‭ ‬Virgilio Piñera‭; ‬y donde también reaparecen su madre,‭ ‬su hermana Eloísa,‭ ‬y su esposa María Luisa,‭ ‬a quien Lezama dicta el más fiel de los elogios:

Eres la hermana que se fue,‭

la madre que se durmió

en una nube frente a la ventana.

‭ (‬Mi esposa María Luisa‭)

Si para Cintio Vitier:‭ «‬combustión,‭ ‬resistencia y transparencia,‭ ‬son los tres pasos dialécticos de toda su poesía‭»[‬11‭]‬,‭ ‬quizás debamos agregar el impulso diamantino de la memoria que congrega:‭ ‬tan afín,‭ ‬tan medular para José Lezama Lima,‭ ‬ese diáfano ser que a cien años de su nacimiento,‭ ‬aún nos ordena,‭ ‬amistoso y ceremonial:

‭ ‬Despiértame cuando llegue Eloísa con su hijo...

Un verso que enuncia toda la piedad entre nosotros‭; ‬toda la humanidad de un hombre que supo donarnos‭ —‬en intensidades recurrentes‭— ‬la vastedad de su obra y la soledad de sus días...





Santa Clara,‭ ‬agosto‭ ‬9‭ ‬de‭ ‬2009



Notas:

1.‭ ‬Los poemas que conforman la‭ «‬Primera glorieta de la amistad‭»‬,‭ ‬pueden hallarse en la‭ ‬Poesía completa de José Lezama Lima,‭ ‬publicada por la Editorial Letras Cubanas en‭ ‬1970,‭ ‬pp.‭ ‬308-322.

2.‭ ‬Las‭ «‬Décimas de la amistad‭» ‬pueden hallarse en la edición citada de su‭ ‬Poesía Completa,‭ ‬pp.‭ ‬451-453.



3.‭ ‬Las‭ «‬Décimas de la querencia‭» ‬aparecen en‭ ‬Fragmentos a su imán,‭ ‬Editorial Letras Cubanas,‭ ‬1993,‭ ‬pp.‭ ‬23-27.

4.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Fragmentos a su imán,‭ ‬ed.‭ ‬cit.,‭ ‬pp.‭ ‬108-109.


5.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Como las cartas no llegan...,‭ ‬Ediciones Unión,‭ ‬2000,‭ ‬p.‭ ‬63.‭ ‬El subrayado es del autor.


6.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Fragmentos a su imán,‭ ‬ed.‭ ‬cit.,‭ ‬p.‭ ‬30.


7.‭ ‬Para Lezama,‭ ‬juego y agonía tenían un sentido común,‭ ‬tal como lo manifiesta en este verso de su poema‭ «‬Virgilio Piñera cumple‭ ‬60‭ ‬años‭»‬:‭ «‬Sabemos,‭ ‬qué carcajada,‭ ‬que lo lúdico es lo agónico‭»‬.

8.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Como las cartas no llegan...,‭ ‬ed.‭ ‬cit.‭ ‬p.‭ ‬62.

9.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Fragmentos a su imán,‭ ‬ed.‭ ‬cit.‭ ‬p.‭ ‬35.

11.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Confluencias,‭ ‬Editorial Letras Cubanas,‭ ‬1988,‭ ‬p.‭ ‬418.

12.‭ ‬José Lezama Lima:‭ ‬Fragmentos a su imán,‭ ‬ed.‭ ‬cit.‭ ‬p.‭ ‬17

Este artículo saldrá en Hacerse el cuerdo revista digital de la UNEAC en Santa Clara, cortesía de Edelmis Anoceto Vega


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Currículum Vitae
Geovannys Manso. Nació enVueltas, Villa Clara, el 10 de septiembre de 1974.
Narrador, poeta, ensayista y editor.

En 1995 se integra a los Talleres Literarios, obteniendo premios y menciones a nivel municipal y provincial, en los géneros de cuento, poesía, literatura para niños y jóvenes y crítica literaria, durante los años 1996, 1997 y 1998.
En 1999 forma el grupo de narradores que fundan el Centro de Formación Literaria «Onelio Jorge Cardoso», que dirige Eduardo Heras León.
En el 2000 se gradúa de Doctor en Medicina en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara.
Desde el 2005 se desempeña como Divulgador del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Villa Clara.
Es miembro del Consejo Asesor de la Editorial Capiro y de las Ediciones Sed de Belleza, así como de su Comité especializado de lectores.
Es miembro de la Asociación Hermanos Saíz desde 1997, donde ha ocupado diversos cargos como vicepresidente y presidente de la sección de escritores.
En el 2008 pasa a ser editor de la Editorial Capiro de Villa Clara.

ha sido invitado

—a las Romerías de Mayo, Holguín, 2002.
—Juegos Florales, Ciego de Ávila, 2005 y 2006.
—Juegos Florales, Matanzas, 2006.
—Feria Internacional del Libro, Ciudad de la Habana, 2005, 2006, 2007 y 2008.
—Feria Internacional del Libro, Matanzas, 2007.
—Feria Internacional del Libro, Villa Clara, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008. (Formando parte de su Comité Organizador desde 2003.)
—Festivales del Libro en la Montaña, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008.
—Romerías de Mayo, Holguín, 2007.
—Festival Internacional de Poesía de la Habana, 2007.
—III Juegos Florales del siglo XXI, Cumanayagua, 2007.
—XXI edición de la Canción Política, Guantánamo, 2007.
—Juegos Florales, Matanzas, 2007.
—Feria Internacional del Libro, Guantánamo, 2008.
—Feria Internacional del Libro, Santiago de Cuba, 2008.
—1er Festival Internacional de Narradores Jóvenes, La Habana, 2008.
—V Encuentro de Narrativa Cubana, Santiago de Cuba, 2008.
Ha sido jurado en importantes eventos provinciales y nacionales, así como de relevantes premios literarios que se convocan en el país. Ha impartido charlas y conferencias en Ferias del Libro y otros eventos literarios, así como Talleres especializados de literatura en varios sitios de la provincia.

Colaboraciones en publicaciones seriadas

1-Borges, un siglo de invenciones, en Videncia, No. 3,
1999, pp. 63-64.
2-De ciertas historias contra el polvo y otras invenciones, en Ariel, Año III, No. 1, 2000, pp. 61-63.
3-Abel Posse: la aventura de una pasión, en Umbral, No. 3, 2000, p. 20.
4-Himalaya, tras lo épico cotidiano, en Umbral, No. 6, 2002, pp. 23-25.
5-Mortgana: la poesía como obsesión, en Umbral, No. 8, 2002, p. 38.
6-Error de identidad, en Esquife, 2002. (http://www.esquife.cult.cu/revista/37/index.)
7-Memento y momentos de una aventura estética, en Umbral, No. 10, 2003, pp.28-29.
8-Sobre la prescindible relación del roble y sus olores, en Cartacuba, Nro. 52, feb de 2004, p. 17.
9-Universos visuales de Fernando Pérez, en Umbral, No.17, 2005, pp. 46-49.
10-De la textualización a la paráfrasis, en Umbral, No. 19, 2005, pp. 27-28.
11-La otra mirada, en La Gaceta de Cuba, No. 4, 2005, p. 58.
12-Una novela maldita: El callejón de las ratas..., en La Letra del Escriba, diciembre de 2005, No. 46, p.14.
13-El olvido como tradición, en Hacerse el cuerdo, Año 1, No.1, 2006. (http://www.cenit.cult.cu/sites/uneac/boletin/0001/index.)
14-La Cuba proscrita de Solás y Juan Carlos Cremata, en Hacerse el cuerdo, Año 1, No. 2, 2006. (http://www.cenit.cult.cu/sites/uneac/boletin/0002/index.)
15-Páginas de un diario tan cubano como íntimo, en Hacerse el cuerdo, Año 1, No. 3, 2006. (http://www.cenit.cult.cu/sites/uneac/boletin/0003/)
16-La isla: espacio confluyente, en Umbral, Nro. 21, 2006, pp. 10-13.
17-Crónica de un espectador insomne, en Cartacuba, Nro 63, marzo de 2005, p.11.
18-1994. Crónica silente; Otra ciudad no será tu rostro sobre el agua, en Cartacuba, Nro 70, septiembre de 2005, p.16.
19-Ser en el tiempo, en la palabra..., en Cartacuba, Nro 71, octubre de 2005, p.13.
20-Un callejón maldito..., en Cartacuba, Nro 72, noviembre de 2005, p. 15.
21-Raúl Hernández Novás: el cine como poiesis, en Calle B, 2007. (http://www.calleb.cult.cu/)
22-Páginas de un diario tan cubano como íntimo, en Matanzas, Año VIII, Nro 1, enero-abril, 2007, p. 58.
23-La isla: espacio confluyente. (Revisitación del mito de la insularidad en la poesía cubana actual, en La isla en peso, Nro 19,2006. (http://www.uneac.com/laislaenpeso/num19/carta2.)
24-Los universos visuales de Fernando Pérez, en Miradas, Nro 6, 2005. (http://www.eictv.co.cu/miradas/)
25-Carta a Walter Salles, en Miradas, Nro 8, 2006. (http://www.eictv.co.cu/miradas/)
26-Raúl Hernández Novás: el cine como poiesis, en Matanzas, Año VIII, Nro 3, septiembre-diciembre, 2007, pp. 7-9.
27-El fulgor de las cosas que mueren (entrevista al poeta José Kozer), en El lanzallamas, 2007. (http://www.lanzallamas.com/blog/?p=971
28-Las hendidas transiciones de Leymen Pérez, en La Letra del Escriba, marzo, 2008, Nro 67, p. 13.
29-Dónde está la cutara (Breves apuntes para metamorfosear la NADA), en Cauce, Nro 1, 2008, pp. 10.12.
30-El desamparo de las horas, en Umbral, Nro 28, 2008, pp. 36-41.
31-El peatón que todos llevamos dentro, en Hacerse el Cuerdo, Nro. 10, 2008.(http://www.cenit.cult.cu/sites/uneac/boletin/0010)
32-Las corrientes inasibles de Leymen Pérez, en Matanzas, Año IX, nro 2, mayo-agosto, 2008, p. 68.
33-José Kozer: Un adolescente acostumbrado a jugar con las palabras, en La Gaceta de Cuba, nro 4, julio-agosto, 2008, pp. 38-41.
34-El peatón que todos llevamos dentro..., en El cuentero, nro 7, octubre de 2008, pp. 18.20.
35-El vecino de Van Gogh, en El Caimán Barbudo, año 42, edición 349, nov-dic 2008, pp. 18-19.

Premios y Reconocimientos

2000
—Premio Letra Nueva (crítica literaria)
2001
—Finalista del Premio Literario Fundación de la Ciudad de Santa Clara (cuento)
—Premio Ciudad del Che (novela)
2004
—1ra mención en el concurso de cuentos El mar y la montaña
—Finalista del Premio Literario Fundación de la Ciudad de Santa Clara (novela)
2005
—Premio de poesía «Raúl Doblado»
—III Premio de poesía «Regino Pedroso»
—Premio Calendario (ensayo)
—1ra mención en el concurso Sed de Belleza (literatura para niños y jóvenes)
2006
—1ra mención en el concurso de cuentos «Tristán de Jesús Medina»
—Premio Literario Fundación de la Ciudad de Santa Clara (novela)
—Mención en el premio «Videncia» (ensayo)
—Mención en los Juegos Florales de Matanzas (poesía)
—Finalista del premio «Eliseo Diego» (novela)
2007
—Mención en el premio «Regino Boti» (poesía)
—Finalista en los Juegos Florales de Matanzas (poesía)
—Premio de Narrativa Joven «Reina del Mar Editores» (novela)
2008
—Mención en el Concurso Nacional Segur de reseña crítica sobre temas literarios
—Segundo Premio en el IV Concurso Literario Internacional Bonaventuriano de poesía, Colombia —Premio Oriente «Herminio Almendros» (literatura para niños y jóvenes)
—Mención en el Premio Ítalo Calvino de Novela

Libros publicados

1- La soledad y otras mentiras. Ediciones Sed de Belleza, 2001, (cuento).
2- Cifras de la muerte. Ediciones Ávila, 2006, (poesía).
3- Las palabras ausentes. Editorial Capiro, 2006, (cuento).
4- Insomnios de la palabra. Casa Editora Abril, 2007, (ensayo).
5- La isla inmersa. Editorial Capiro, 2007, (novela).
6- Violante. Ediciones Sed de Belleza, 2008, (novela).
7- La isla inmersa. (Reedición) Editorial Letras Cubanas, (novela).

En proceso editorial

8- Un lugar en el mundo. Editorial Oriente, (novela).
9- El telón de Valentina Montenegro. Editorial Progreso, México, (novela)

2009

—Se reedita su novela La isla inmersa a cargo de la Editorial Letras Cubanas.
—Es invitado a la Feria Internacional del Libro de La Habana para presentar la reedición de su novela La isla inmersa, así como a la presentación de su novela para niños Violante.
—Participa en la Feria Internacional del Libro de Santa Clara. Se presenta la reedición de su novela La isla inmersa y su novela para niños Violante.
—Es invitado a la Feria Internacional del Libro de Granma.
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lunes, 23 de agosto de 2010

El hombre del Vitral

El hombre del vitral En preparación Colección Aguere Narrativa
Sonia Díaz Corrales
Sandra es una joven y talentosa arquitecta que está inmersa en la construcción de un impresionante vitral, ocho vidrieras donde la emblemática figura de un hombre que debería ser perfecto acabará pareciéndose de forma asombrosa a lo que tenemos por un individuo común. Desde niña había perseguido los colores de un vitral de sueños, poesía, dudas, donde se mostrarían la grandeza y la pequeñez del ser humano. Defender su creación del conformismo y la mediocridad le llevará a reafirmar sus ideas de la ética, la amistad y del verdadero valor de las cosas.
_________________


Llorar y reír



–Ángela, es que no te lo puedo creer. No entiendo
nada. ¿Cómo pudo pasar que no consiguieras
leer la dedicatoria?
–Sabes que soy absolutamente miope. Necesito
los lentes hasta para leer letras grandes. Además,
estaba emocionada. Los ojos se me llenaron de
lágrimas. Estaba haciendo el ridículo y si, además,
él ya tenía pensado que no hablaría de nosotros,
tampoco hubiera funcionado.
–¿Qué sabes tú?
–Bueno, sé que los eventos se preparan frente
a nosotros y no los vemos.
–Lo que sí está claro es que si no ves, los eventos
o lo que sea, te debes poner los lentes. Sobre
todo para leer las dedicatorias de los libros que te
regalen en los próximos veinte años.
–¿Estás de broma? ¿Te hace gracia?
–La verdad no, pero qué hacer. No puedes volver
el tiempo atrás como dijiste.

–Si se pudiera volver atrás el tiempo…
–Yo siempre tendría ocho años.
–Y yo viviría el resto de mi vida en segundo
de bachillerato, mirando la espalda de Pavel, esperando
a que se volviera para ver sus ojos. No he
conocido a nadie que tenga los ojos tan azules. Y
sería bueno que además de volver el tiempo atrás,
uno pueda elegir quién ser. Él nunca me miraba
a mí, sino a la chica que estaba a mi lado. Y quizás
porque no me gusta como soy de tonta.
–No digas eso. A lo mejor era un poco estrábico
y te miraba a ti, pero tú no lo sabías.
–No era estrábico. Y yo, si pudiera elegir, preferiría
ser Scherezada y la mujer de Las mil y una
noches se llamaría Ángela y habría conseguido
no solo salvar a las mujeres del reino de morir
por los odios y venganzas del sultán, sino a todas
las mujeres del mundo de cada uno de los odios
posibles. Considerando que le contaría mejores
historias, desde luego.
–¡Ajá! ¿Y qué le contarías para ser mejor que
Scherezada?
–Los que le contó Scherezada, claro, pero
también le contaría Aguas primaverales, de
Turgueniev; y Los miserables, de Víctor Hugo; y
la Historia de un caballo que era bien bonito, de
Nazoa; y a lo mejor el Ulises, de Joyce; y La
Ilíada... Y todo Fernando Pessoa.
–¿Estás loca? No se puede contar el Ulises, de
Joyce.
–¿Qué le contarías tú?
–No creo que si pudiera volver el tiempo atrás
querría ser Scherezada, pero si lo fuera, le contaría
Lo que el viento se llevó, porque no podría contarle
Tiempos modernos.
–No me digas.
–Si se pone impertinente ese sultán, le contaría
El lado oscuro del corazón o Los lunes al sol,
tratando de hacer los mismos giros que Bardem
cuando rompe aquella farola.
–¿No te estás pasando?
–Seguro el sultán me habría mandado a decapitar
de inmediato.
–No lo creo. Si a alguien no le gusta Bardem en
Los lunes al sol, no me imagino cómo llegaría a
ser sultán.
–No sigas, estoy llorando de la risa.
–Y yo no sé qué hacer para no llorar de la pena.
–¿Por lo del regalalibros?
–Sí, más que nada por no ser capaz de enamorar
a alguien como él. Y se llama Manuel, no
regalalibros.
–Todos tus hombres se llaman Manuel. ¿Tú qué
sabes? Quizás creyó que no te gustaba.
–Nunca lo sabremos, pero al menos me habría
dicho que yo le gustaba, ¿no? Y todos mis hombres
son en verdad un solo hombre.
–Las personas tienen modos diferentes de decir
que le gustas o no. Y no puedes ponerles a las
personas nombres diferentes de los que ya tienen.
–Sí, pero siempre terminan diciendo que le
gustas. Con esas u otras palabras, pero con palabras.
Y él no dijo nada. Puedo ponerle el nombre
que quiera a lo que invento. No te das cuenta de
que ninguno es en verdad lo que dice ni lo que
creo. Existen porque les invento.

–A veces no con palabras, pero tienes razón. A
la larga dicen que te quieren de algún modo. ¿De
verdad te gustaba tanto?
–¿Por qué crees que me cambiaría por Scherezada
ahora mismo? Creo que el sultán me decapitaría
también la primera noche, igual que a ti,
como a las otras mujeres comunes y corrientes.
La verdad es que a veces quieres morir, y si no lo
quieres reconocer, seguro se te ocurre hacer algo
por lo que puedan matarte, y así no será tu responsabilidad
haber muerto.
–¿Algo cómo qué?
–Como cruzar sin mirar en la vía rápida cuando
viene el tren. Como contarle Los lunes al sol
al sultán de Las mil y una noches.
–Ángela, ¿sabes cuánto te quiero? No deberías
estar tan triste por lo que no tiene solución, por lo
que quizás ni siquiera habría sido lo mejor para ti.
–Sé lo mucho que me quieres, pero igual
dímelo porque me hace falta.
–¿Para qué hacerse matar? ¿Tienes alguna garantía
de que la muerte no sea una repetición de
la vida en una u otra forma? Y te vuelvas a
encontrar con muchas personas de las que te has
encontrado ya, y todo sea igual otra vez: tus dudas,
tus retos, tus aprendizajes, tu sufrimiento?
–¿Cómo la reencarnación?
–Sí y no. Simplemente, Ángela, como encontrarse
con personas iguales a las que conocemos
en la vida, aunque tengan otros nombres o los
mismos, y también estén muertos, y donde tienen
los ojos solo tengan unos ojos diferentes. Y levantarse
todos los días de la muerte, sabiendo que
sigues tan muerto como el día anterior. Y que no
vas a cambiar nada aunque quieras ser un muerto
estupendo, coherente, feliz, un buen muerto, en
definitiva.
–¡Tiene gracia! ¿Estás hablando de la vida?
–¡No! No la tiene, en absoluto.
–¿Crees que el sultán llegó a amar a Scherezada?
Morir por amor, de amor, es una forma
bonita de morir, como vivir por él.
–Estuvo muy bien eso de salvar a las otras mujeres
del reino de morir y todo lo demás, pero en
Las mil una noches no dice que llegara a amarle.
Dice que le admiraba y le perdonó la vida por su
inteligencia, su sapiencia, su discreción, quizás
hasta por sus tres hijos. Dice, incluso, que fueron
felices, pero no que llegara a amarle.
–Quizás le amaba y dejarle vivir fue su modo
de decírselo.
–O quizás no. A veces hasta los sultanes se
cansan de odiar, de acumular el mal para defenderse
del mal que les puedan haber causado. Ese
es el peor impedimento que tienen algunos para
lograr la felicidad. O quizás el sultán se conformó.
Esto sería lo más triste que me podría pasar
si fuera Scherezada: que el sultán se conformara
conmigo sin amarme.
–Pero quizás sí le amaba. Le dice cosas muy
bonitas. Ese tipo de cosas solamente se le dicen a
alguien que uno ame.
–No lo sé. A veces también se dicen muchas cosas
por decir.
–La última historia de Scherezada cuenta que
iban a casar a la princesa Amanda con su primo,
pero ella amaba al príncipe Jazmín. Si se miraban,
los amantes podían decirse cosas que nadie
comprendía, de modo que se pusieron de acuerdo
para escapar, y lo hicieron sin dejar rastro,
renunciando a lo que eran y tenían. Y dice Scherezada:
«porque en este mundo, solo algunos
hombres son dignos de seguir el camino que conduce
a la dicha y de vivir en la casa en la que se
oculta la felicidad».
–¡Vaya! ¿Te lo sabes de memoria? ¿Se puede
vivir en esa casa donde se oculta la felicidad?
–Sí, lo he repetido tantas veces como no tienes
idea. Me gusta Scherezada. Recuerda que soy
una cuentacuentos. Y no tengo idea de si se puede
vivir en esa casa de la felicidad.
–A veces no conseguimos distinguir la casa
de la felicidad de la casa de la vanidad. Son
muy parecidas.
–Sí, pero cómo saber cuál es una y cuál la
otra.
–Tampoco lo sé bien. Supongo que la diferencia
fundamental es que la casa de la felicidad te
exige dejar, renunciar a muchas cosas para franquearte
la entrada. En cambio, la de la vanidad te
exige traer mucho más de lo que puedas llevar,
siempre.

***********************fin del fragmento************

Datos de la escritora:

Sonia Díaz Corrales
Nació en Cabaiguán, Cuba, en 1964 y reside en Santa Cruz de Tenerife. Es poeta y narradora. Ha publicado los libros de poesía Diario del Grumete, (1996 y 1997) y Minotauro (1997). Sus poemas aparecen en las antologías Retrato de grupo (1989), Poesía infiel. Antología de jóvenes poetas cubanas (1989), Poetas del Seminario (1992), Un grupo avanza silencioso (1990), Mujer adentro (2000), Poesía cubana de los años 80 (1993), Poesía espirituana (1994), Anuario de poesía (1994), Mis barcos nuevamente (1996), Antología de décimas Canarias-Cuba (2000), Todo el amor en décimas (2000), y Puntos cardinales. Puente colgante. Antología de poetisas cabaiguanenses (2000). Ha obtenido los premios de poesía América Bobia 1982, Matanzas; Bustarviejo 1993, Madrid; y el Abel Santamaría 1997, de la Universidad Central de Las Villas, Santa Clara; así como menciones Caimán Barbudo, David de la UNEAC y 13 de Marzo de Universidad de La Habana. Su libro Los días del olvido, fue finalista del Premio de Poesía Viaje del Parnaso 2008.

martes, 17 de agosto de 2010

LOS FUEGOS DE UN NOMBRE



Así queda el dibujo fuera de foco, ígneo,
para descifrarlo una tarde ante el mar,
saber qué busca el cielo aquí en la tierra,
qué se le ha perdido, cuál origen.
El tiempo y su amuleto, el arco iris,
también fuera de foco conversan de este hombre.

Frank Abel Dopico.



Siempre he sido recurrente con los personajes y la atmósfera creada por Mark Twain, pero la idea de ser un héroe,(en mis juegos de infancia) con la cara sucia, estilo Tom Sawyer o Huckleberry Finn, vino después, mucho después de que viera la foto de Camilo Cienfuegos tan distinta y clásica en su cubanía como una transparencia mística de su alma.



Y digo después, porque primero sentí ser un héroe a su estilo, (al menos en la fantasía) de tener una vida digna en una zona rural, rodeado del afecto de mis padres y por las primeras lecturas en los libros de textos; y con la ternura también de cuando mi padre bajo un sombrero de ala ancha, me elevara en sus hombros por los aires, con esa idea de la primera libertad casi ingenua de descubrir los horizontes.

No sabía que me iría lejos de las flores del jardín de mi madre, de las aves del corral, de mis perros, y de aquella finca de nombre La matilde, donde mis padrinos, (quienes me bautizaron católico, Eduardo Valdés y Rafaela Casola), me hablaran de una historia de Cuba desde su infancia, siempre discretos y sin el ánimo de confundirme; precisos, como cada uno de los santos católicos que adornaban su casa de guano y palma: espaciosa, con sala, saleta, comedor, tres cuartos, muebles de caoba y manteles blancos bordados a mano; era una casa más típica y por idiosincrasia de la tradición de una familia criolla no rica, pero propietarios de una fértil y mediana finca, con buenas costumbres, educados, muy tradicionalistas; no recuerdo ninguna vez donde se escuchara un grito o una mala palabra, casi como una clase excelente de cívica y moral.

Lo cierto es, que fueron ellos los que con mayor devoción me hablaron de Camilo Cienfuegos. cuando leeí en alta voz sobre el héroe, de un modesto libro de texto, y ellos siempre recordaban o repetían una anécdota escuchada, narrada con interés. Creo que nunca pusieron un toque falso como narradores orales de esas historias trasmitidas, y ví, la expresión en sus rostros de quienes disfrutaban hacerlo. Otra de las razones coherentes que me concentraban en sus relatos: -no pusieron nunca en su voz ningún énfasis o tono que lo super-dimensionara-, siempre escuché esa emoción creíble, que atestigua, como la conocida frase: "recordar es volver a vivir".

Años después, cuando conocí a René Batista,- Esto ya lo he dicho-, y cuando aprendía por él sobre periodismo investigativo, cuando me enseñaba parte de sus trabajos inéditos, cuando lo veía como una persona muy laboriosa entre su biblioteca, sus anécdotas y sus notas, sentí siempre ese respeto por la forma en la que el maestro Batista, era capaz de dar con la otra lectura y con un próposito de realzar su proyecto de libro que hay que construir, de que sirviera a las próximas generaciones; y como una búsqueda fiel de lo sucedido. En el caso de la ficción, o de la fantasía, o de historias que podían ser creíbles o no,siempre me recordaba: "captar lo más cercano a la leyenda que necesitaba ser rescatada del olvido, con sentido también de lograr con un lenguaje sencillo, el tono que hiciera interesar para que la narración tomara cuerpo, tanto de protagonistas directos como de lo narrado por otros". René me transmitió además, su idea del lector con talento quien instuye la importancia del texto, sin importar su afinidad con el género; manejaba este criterio que se traduce de la página impresa, si se logra brindar la misma fuerza y belleza de lo que se narra como había sentido de niño, cuando mis padrinos,( mejor que nadie), supieron emocionarme ante la figura del héroe. A veces creí que ellos me entendían todo el tiempo, capaces de recordar así de bonito. A René, por un largo tiempo pude disfrutar, de su cercanía que asomaba desde su sencillez y buen humor, una razón personal y poderosa para extrañarlo.Y porque con él aprendía a escribir crónica.

El libro Los fuegos de tu nombre, compilación y prólogo de René Batista Moreno, 1941-2010, editado por la colección de poesía de la Editora Capiro, Santa Clara, Cuba, 2009. Tiene ese don indiscutible de saber atrapar, del paso por su tiempo y de la huella imborrable; la de un hombre humilde hasta en su grandeza, que quizás nunca podría haber desaparecido como el humo de un fuego que se pierde, si en su vida supo ser captado por muchos, al natural; imposible negar esa fluidez de humildad que hasta en una foto cautiva. El libro como explica Batista en su prólogo, tiene una selección amplia de voces destacadas de la cultura cubana que le cantan al héroe, desde muchas posiciones o matices que van, desde la tristeza a la devoción, desde una visión cercana a lo revolucionario, con tonos más líricos y postmodernos en ocasiones, y más conversacional en otros; todos los textos en los géneros de décima y poesía libre, en forma de verso o prosa. El cuerpo del libro Los fuegos de tu nombre, no es un conglomerado de páginas, (155), recogidas en base solo a su temática; el lector, (aún cuando no encuentre todo a su gusto), puede entender que el mayor logro se concentra no tanto en las diferencias y similitudes estéticas de asumir la admiración por el héroe, sino en el balance creado por una selección cuidadosa que asume ese registro tan amplio de las voces, que aún cuando su punto de confluencia mayoritaria radica en la sensibilidad por la proyección de un héroe verdadero, unos se inspiran más en sus acciones y discursos, y otros, recurren a lo viril, la figura, la leyenda del hombre de barba y sombrero alón; también la del guerrero que no inspira temor sino respeto, y así, se escala a diferentes niveles de lectura y matices que personalmente me causa admiración, también por el trabajo intenso con el que René Batista, supo agruparlos.

Aunque por razones de espacio de mi blog, hice una selección más breve, y con sinceridad, cercana a mi forma estética de enraizar a Camilo en estas poéticas, soy muy respetuoso de saber que el trabajo de René goza de esa intencionalidad desprejuiciada, de dar un ordenamiento muy útil a los 80 textos, de quienes se arriesgan con mejor o menor acierto, y cito del prólogo: "Diversidad estilística y formal, disímiles calibres en el aliento y la formulación poética, alturas desiguales; pero conciencia de responsabilidad ante el héroe aparece en la página" Para seguir con esta idea del compilador, considero que el libro tiene una pertenencia muy cubana, aún cuando también aparecen textos de poetas foráneos, y que se debe a una visión de cercanía con su pueblo; apoyo también que se logra por poetas como: Nicolás Guillén, Emilio Ballagas, Mirta Aguirre, Samuel Feijóo, Fina García Marruz, Cintio Vittier, Felix Pita Rodriguez, José Sacarías Tallet, Carlos Galindo Lena, entre muchos otros, y, además, se suman poetas que me son más cercanos generacionalmente o por amistad y afecto, como son: Eduardo Gónzalez Bonachea, Nivia de Paz, Frank Abel Dopico, Heriberto Hernández,Felix Luis Viera , Alex Fleites, Jorge Angel Hernández, Rogelio Ménendez Gallo.

Como expliqué, en párrafos arriba, aún cuando en el gusto hacia textos que considero mejor logrados me ganan para esta selección, la razón principal por la que me parece un libro importante, lo define René Batista en su prólogo:
Porque Camilo es la leyenda, pero la leyenda enraizada en la más pura realidad. Para siempre nos ha legado la sonrisa, el sombrero alón, las barbas rebeldes, el hasta siempre en la borrasca de octubre, su fiereza en el combate, la resistencia ante la adversidad, su don de mando y soldado entre su tropa, el buen humor, su cubanía... En algún modo una ética idealizada, un héroe, un hombre de mañana, porque supo ser sin cortapisas.




Juan Carlos Recio
New York


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Camilo

Cuando pinté una sonrisa
los muchachos del barrio
me vinieron a ver.

Qué gusto los pinceles
en el fulgor de la sonrisa.


No tuve que explicar nada.
Guardé silencio.

Los ojos de los niños,
en la lejanía.

Antonio Hernández Pérez (1909-1975)


Fino tamaño

Por un cielo gris extraño
cielo de extranjero velo,
un avión perdía su vuelo
en zigzag. El viento huraño
(y era su carga de acero).

En el aire se internaba
el cubano que buscaba
el tamaño más sincero.

Samuel Feijóo (1914-1992)


Camilo Cienfuegos

Una sola mirada recorre la Isla, buscándote,
como la mujer la dracma perdida, que es su tesoro.
No estás en las llanuras ni en las sierras ni en
costas de Camaguey.
Esas llanuras y esas sierras y esas costas son tu ausencia.
No estás en los montes musicales de Las Villas
donde la aurora vibra como un laúd de nácar,
finísimo.
No estás en el mediodía huraño del Uvero
ni en los atardeceres infinitos de la ciégana.
No estás en Cayo Francés, ni en Cayo Palomo,
ni en Cayo Anguila, ni en Cayo Blanquizar,
ni siquiera en los Jardines de la Reina.
Esos montes, esos cayos, esos jardines son tu ausencia.
!Oh joven héroe arrebatado por los dioses,
palmo a palmo ha crecido tu hondo rapto
y ya tiene el tamaño de la isla,
el sabor de nuestro aire y nuestro mar!
Iremos por las playas caminando entre sus dedos.
Escalaremos las montañas recordando su rostro.
No surcaremos las olas, sino tu ardiente pecho.

Cintio Vittier (1921- 2009)

En la desaparición de Camilo Cienfuegos. ( fragmento)

No nos dábamos cuenta de que habíamos contado
de alguna manera con que no faltases,
como si todo pudiera faltar menos tus ojos leales
aguardando la señal del amigo,
por eso mucho antes que el temor, mucho antes que la
pena, nos recorrió la extrañeza
de que fueras tú el elegido para abandonarnos primero.
Estábamos preparados para cualquier otro
acontecimiento, pero no que faltase lo que era previo
y constante como el espacio que atravesamos
sin advertir,
pensábamos que eras alguien que estuviese reservado,
que sin gestos ni palabras aguardaría tranquilo
la hora de la necesidad, la hora del peligro, para
sostener de nuevo.
Tenías la dulzura del fuerte, que no es la blanda dulzura
de los débiles,
y has desaparecido como el día que no deja huellas
en el
pecho nocturno,
sin hacer sentir de la gran catástrofe sino del claro
estupor de que no estés, de que te hallas marchado, héroe manso,
héroe nuestro,
como la sonrisa de los indios cuando ofrecían sus
dones y faltaba ya tan poco tiempo.
No muerto, mas desaparecido como nave en vaporosa
niebla, tus hermanos te buscan con furia, con
tristeza, de no ver al enemigo que asestó tan
rudo golpe,
el junco más flexible y resistente, el más modesto
héroe arrebatado,
ah, que se nos ha herido en lo más vivo, sin presentar
el rostro
y los que sufrieron el frío y la muerte sin temblar, el
tableteo
seco de los encuentros, la soledad de los atormentados
sin gloria,
no pueden soportar el pensamiento de que te hayas
muerto sin estremercerse como la ramazón del
árbol hachado en la raíz

Fina García Marruz (1923)

Una tarja entre la espuma. (fragmento)

1

Ahora te sumerges dentro de un gran silencio.
Para ese mundo no existe una dirección, ningún sentido:
todo es claridad apenas, flotando entre dos aguas.
Desciendes, te desplazas hacia cualquier sitio.
Si tus pupilas, ya por siempre abiertas,
de pronto pudieran ver ese paisaje extraño,
podrían observar, con el crepitar de burbujas,
dónde se halla la frontera.
Tiempo atrás, arriba, tu compañero alón de fieltro
a duras penas navegaba entre las olas,
como un murciélago que de golpe perdiera el sentido
del oído.
Este universo húmedo, cruzado de sombras
transparentes,
a veces centelleante dentro de su palpitar enorme,
donde castillos fosforados, colonias estallantes,
galeones carcomidos por la bruma,
selvas y jardines que se inundan y cimbrean
como dulces y solemnes cabelleras,
se mantiene ajeno a ti, a tu descanso,
ignorándote en tu viaje hasta el fondo de la nada.

Roberto Branly (1930-1980)

A la memoria de Camilo Cienfuegos

1

Los detalles sucesivos de aquel viaje enumera.
Fechas y sitios de un itinerario pretérito
que es de algún modo extraño
todos los viajes por venir.
Ignora qué lenguaje prodigan los eternos al mortal.
Ignora otros detalles del sueño:
abandonar la nave sometida a la muerte.
La muerte repartida en las palabras
pondera el oro de la espada, la fulgurante
lengua de la bestia.
En el sueño entraba en una casa amurallada.
El sueño volvía a ser el rostro más antiguo del mito,
repetido infinitas veces
y aspiraba en el sueño a la palabra,
pues entre todos era de memoria más audaz.

2

Los niños en las esquinas jugaban a desaparecer.
En las salas los niños buscaban al desaparecido.
Recordaba en el sueño una esquina del tiempo:
<<cierra los ojos bien. Ahora me toca a mí>>, y desaparecía.
Una puerta. <<Saldré por detrás. No te impacientes>>.
Cualquier ventana era un fondo a otros mundos.
Siempre desatendió las admoniciones de los augures
de feria.
En el sueño los bordes de otros tiempos aún por cumplir.
Sitios de nombres olvidados:
los pretéritos parques, los patios, los portales
que repetían la historia apenas apagada.
La república unánime en el sueño jugaba a desaparecer.
Los agentes secretos de la muerte jugaban.
<<Seré el primero en aparecer. Tú sé el último>>.
Los fétidos agentes de la muerte.
<<No lo pierdas de vista. Vigílalo hasta que yo regrese>>.
En el sueño dejado de jugar.
3


En la calle, los muchachos imaginan dianas
y caballos, victorias y medallas.
La secreta victoria de la sangre pretérita:
Mal tiempo, Peralejo, Las Guásimas, Dos Ríos
repetida de súbito en montes Forestal,
la finca Trinidad y el río Yegua
y aquel sueño de niño había concluido.
Volvía a ser el rostro más antiguo del mito
en una casa amurallada donde los héroes
transcurren dedicados a la grandeza
y al lenguaje propio de los eternos.

4

Ahora la mañana sale
y se hace girar la rueda infatigable
del mundo.
Sus ojos son una mañana eterna
que reina sobre un reino, mayor, también
reinan sobre los pobres dominios de lo mortal.
Sus ojos son los ojos pretéritos
del otro joven que hizo los nuevos héroes.
Mañana Abel.
Ahora es la casa amurallada que edificó los días de
Daniel,
el corazón del monte, Ciro
y echaba a andar
sus pies, los mismos de Lamote.
En el monte, el rostro más antiguo del mito.
Su viaje sucesivo cumplía su itinerario.

Pablo Armando Fernández (1930)


A partir de una foto del héroe



el muchacho de La Víbora
de rostro un poco pálido.

Fina García Marruz.


Allí está perdido entre los escolares
más bien confundiéndose
ingenuo puro inocente niño en la escuelita
pública de Lawton. Nadie le supone la
barba
o el blindado el fusil ni la muerte.
Qué manera de parecerse a Villena
el primero a la derecha
el que da la espalda.
Qué manera de parecerse a Rubén
Martínez Villena.
Y al que le tocó la flecha en el estómago
así debio ser Menéndez a su edad.
Pero allí
sencillo
confundido
cómo suponerle los presagios
la barba apostólica
la gigantesca sonrisa o la boina estelar.
Cómo suponerle la invasión el blindado
el fusil y la muerte. Cómo suponerle
desaparecido
Comandante fuego y razón en la memoria
Camilo.

Efraín Nadereau (1940)

Guardamos



Guardamos
un pañuelo
mordisqueado
por la impaciencia
guerrillera.

Guardamos
un sombrero,
dado al soldado amigo
que marcha hacia la muerte.
Guardamos
una barba
(larga ola adentrada en la arena)
y una sangre salobre
repartida en caminos.
Guardamos
un recuerdo:
esta flor
por la ausencia del héroe.

Nivia de Paz (1940)

Susceptible a...

La imaginación
sale del sombrero
como un pez.
Como un monstruo se hace beso,
detiene su sudor en mi sed.
Tus palabras la sacuden
y desaparece.

Laura Rodríguez Rodríguez (1950)

Mi nombre Camilo

También me llamaron Camilo,
niño noble que acompaña a los flámenes
a la hora del sacrificio.
Cuando el avión comienza a irse al mar
casi podía tocar el dolor,
el vuelo del que nace al que muere.
Poemas van a decirlo de otra manera
lejos de la ola ríspida.

En mi ojo de nacer
veo fotos desteñidas
y mujeres que lloran
apretando flores al pecho.
Mamá me recibe,
me da un nombre, Camilo
como si recibiera a un ángel
escapado de las aguas.

Eduardo Gónzales Bonachea (1959)

Sueño por Camilo Cienfuegos

las marejadas se tragan los cristales rematados
volviendo atrás
volviendo
atrás la soledad se encoge como una carga vieja
vienen después a sofocar la temporada
los ojos profundos sofocándose ellos mismos
cuencos de algas
ramajes dibujados
perfecto disimulo detrás de los esteros
los montones de peces se reúnen
abren un coro
y la ocasión presenta una leyenda en las ondulaciones:
detrás de las combas se mueven las siluetas de tres
galeones
con nombres españoles y una proa picada por el ala
torcida
de un avión los piratas recogen cofres sin
atreverse
a promover los nuevos abordajes solamente disparan
desde su punto y emprenden ataques falsos detrás de
la escotilla
así las cosas no terminan nunca el pacto la curva
oscura
de la guerra que han querido esconder desde milenios
la guerra tuerce el antifaz maltrecho de todos los
oráculos
y va componiendo la ciudad como un letargo fácil
despedazadas las viejas fortalezas se cubren con los
metales
tiznados y la cabina ocupa entonces un punto exacto de los mandos
se desanima el coro tomando posiciones
abren la brecha
la trampa que han tejido en tiras de paciencia
durante oscuras meditaciones
se cortan las bandadas las cortinas ligeras las
corrientes tercas
más tarde solo queda mecerse
acompasar las mismas determinaciones
mover las caravanas con los niños tan nobles
tan grandes que inventaron mejores consecuencias
leyendas de repente
fuegos de sal acumulada en los arroyos tenues
y una descarga inmensa con hadas y flautillas al
tercer deseo
las revelaciones llegan con más inmunidad
pasa por tierra la hilera de fuertes
paraván improvisado al avanzar llamando
un discurso por todos los del mundo
la garganta en vilo haciendose llamar otra leyenda:
por encima del pasto cruzan vendavales
acontecidos
después que se cortaron tantas furias bordeando los
cañaverales
las caravanas también diciendo algo
desde los extremos rasos y el pan deteriorándose
con la pólvora salteada
empolvoreada al uso desde las eternas consecuencias
donde alguna vez vamos a dar jugando a no perdernos
aparecen otra vez los niños
consejeros de siempre
orfebres al descuido del sueño que aparece y salta
las marejadas tragan todo
dejan su barandilla hurtada a tres distancias
distintas mediciones del papel al cuerpo
y cruzan de verdad volviendo
volviendo
atrás la soledad se encoge

Jorge A Hernández Pérez (1961)



Historia del héroe

Mi abuelo habló del aire
y todos pensamos en un pájaro inmenso.
Su vuelo era tan largo y tan triste,
tan cercano al azar como la lluvia.
Bajo el agua se bordeaban las márgenes del cuerpo
y el aire fue perdiendo su estancia cristalina.

Mi abuelo habló de un hombre
y todos imaginamos su sombrero y su barba.
Quisimos levantarlo,
traerlo hasta nosotros para gritar mirándolo,
gritarle desde lejos cualquier cosa...
<< !Tu sonrisa es enorme, tu sonrisa! >>
Pero no es fácil estar triste cuando aún somos niños.

Mi abuelo habló de un pueblo
y le pusimos su nombre junto al nuestro.
Alguien pudo leerle la palabra,
luchar bajo las aguas por decir que amanece,
amanecer llamándolo
y soñarlo aparecido.

Victor Fernández Hernández (1962)


No busquen otro rostro entre nosotros

Los sucedidos hilos de la lluvia
no siempre están ebrios.
reino de peces y de ruidos dulces,
no busquen otro rostro entre nosotros.
sobrevolar el sueño
con armas de tallos mortales
no va a quemarnos el ansia.
Los juegos estrictos de la lluvia,
sus escalas azules,
no nos van a nombrar el optimismo.
No busquen otro rostro entre nosotros.
La sonrisa, un pez en los labios,
no permitirá salir de nuestros ojos,
La sonrisa, espiga abrumadora,
no te permitirá salir, líquido traje.

Heriberto Hernández Medina (1964)

Diapositivas

Fuera de foco, una silueta extraña
avanza a su doblez de animalejo en niebla.
En el lente desovan estaciones
y la silueta avanza desde el sueño
coloreando un nido, una ciudad, trozos de humo.
así, fuera de foco, la silueta parece espuma.
Para ella los caracoles trinan algún desnudo absurdo.
digamos que el mar, sus epopeyas...
Digamos que al amor se le ha perdido el rostro
y que hay una cabaña nodriza de la lluvia
donde se unen los peces y los hombres.
Vamos a creer en las sirenas hombres
y en las pequeñas geometrías de la vida.
A esta luz llegamos con dos pechos,
nos calzamos el crecer hasta que dure el viaje.
Digamos, para él,
la absoluta maternidad la dan las piedras.

Así queda el dibujo fuera de foco, ígneo,
para descifrarlo una tarde ante el mar,
saber qué busca el cielo aquí en la tierra,
qué se le ha perdido, cuál origen.
El tiempo y su amuleto, el arco iris,
también fuera de foco conversan de este hombre.
<<Había una vez un cometa, sus barbas de viajero,
en él se acumularon los hombres y las islas.
Había una vez un cometa, su viento, su sonrisa...>>

Frank Abel Dopico (1964)



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Datos del autor
René Batista Moreno (Camajuaní, 1941-2010). Poeta, periodista, editor, promotor cultural e investigador de temas históricos y etnológicos. En 1971 obtuvo el Premio Julián del Casal de la UNEAC por su libro Componiendo un paisaje. Recibió en 1992 el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara por el testimonio Camilo en el frente Norte. En su vasto quehacer se incluyen, entre otros libros, Principio y desarrollo del periodismo en Camajuaní (1967); Aquí está Felo García (1982); Concierto para cuatro gatos (1983); Camajuaní folklórico (1997); Yo he visto un cangrejo arando (2004); Chivos y Sapos (2006). Es miembro de la Unión de periodistas de Cuba, así como de la UNEAC.
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